Tigres y Monterrey, la diferencia en el mundial de clubes fue el sorteo
Por Carlos Alberto Pérez García
Tigres consiguió lo que nunca antes había hecho ningún club mexicano: llegar a una final del Mundial de Clubes. Tener la oportunidad de ganar en un sólo partido el trofeo más importante del continente americano. Ese logro es envidiable y este equipo ya está en la historia del fútbol azteca.
Cayeron de una forma muy digna ante el equipo más dominante del fútbol europeo. 1-0 ante el mismo Bayern Múnich que le propinó la paliza más grande en la historia del Barcelona, el mismo que lleva 8 títulos seguidos de Bundesliga y que, por una diferencia abismal, era el favorito en esta final. Perder por un sólo gol es un gran logro felino.
A pesar de que Tigres fue inferior y no dispararon a puerta, probablemente no había otra forma de ganar este partido que no fuera mediante un gran chispazo arriba y bien ordenados atrás. Hicieron lo que pudieron y dejaron en alto el fútbol mexicano. Fue, con toda autoridad, la actuación más sobresaliente para un equipo de Concacaf por la instancia alcanzada.
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Sin dejar de lado ese alto prestigio ganado con base en sudor y buen fútbol, también hay que ser justos y mencionar la buena fortuna que tuvieron en el sorteo, porque evitar al campeón de Champions en semifinales y medirse al de Conmebol es la oportunidad que cada año espera el representante de Concacaf.
En esta época de comparaciones que tanto ensalzan el fútbol regio, no debería de haber complicaciones con afirmar que, la gran diferencia entre la última participación de Rayados y la actual de Tigres, radicó en el lado del sorteo.
Tigres lo aprovechó como su nómina, jerarquía y calidad dictaba. Dejaron fuera a Ulsan y Palmeiras con autoridad; mientras que Rayados eliminó al Al-Sadd de Xavi Hernández en su primer juego, pero después tuvieron que toparse al mejor Liverpool de Jürgen Klopp en semifinales. El resultado fue el mismo, derrota para el equipo mexicano, pero la sensación fue de mayor paridad en el trámite y México incluso pudo gritar un gol. Orgullo puro, incluso mejor que el de Tigres en esta final, pero en una instancia inferior, lo cual quita mucho de ese prestigio.
Tigres podrá presumir con justicia que hicieron historia en Catar, pero con el crecimiento del fútbol mexicano y las plantillas que hoy en día tiene el fútbol regio, era cuestión de tiempo para que a otro club mexicano le toque el lado favorecedor del sorteo y alcanzara la final. Ahora Monterrey deberá vivir con la frustración de no haber tenido la fortuna de Tigres en el sorteo, aunque otra cosa muy distinta hubiera sido aprovecharlo.
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