Quique Setién: "Ahora mismo no me veo entrenando otra vez, he perdido todo el interés"

Quique Setien
Quique Setien / Pool/Getty Images
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Quique Setién se ha mostrado muy tajante en una entrevista que ha concedido a Hot Down. Hay que admitir que dentro de esta corta charla hay multitud de titulares, detalles y recados sobre todo a su efímera estancia en Barcelona.

El propio Quique ha admitido que tras su marcha del Barça ha tenido ofertas más allá del fútbol español, que no han llegado a estimularle lo suficiente: "El fútbol que yo he estado viviendo en los últimos años no es el fútbol que a mí me gustaba. A mí lo que me ha gustado siempre ha sido jugar al fútbol. De hecho, jamás pensé que fuera a ser entrenador”.

Sobre el paso de la selección española por la Eurocopa ha afirmado lo siguiente: "A Luis Enrique le han dado muchos palos porque es un chaval que nunca se ha llevado bien con la prensa. El concepto de juego, quizá, no lleva la esencia del Barcelona de Cruyff o de Guardiola, pero sí ha seguido una serie de pautas que un poco seguimos todos: tratar de conservar el balón, tratar de recuperarlo lo antes posible, ser un equipo valiente y asegurarse de que los jugadores entiendan el juego”.

Ha querido dejar muy claro que el triunfo de Messi en la Copa América no cambia para nada su valoración sobre el argentino: "Para mí, no. Ya he dicho muchas veces que Messi es el mejor jugador de todos los tiempos o al menos de los tiempos que yo he visto, porque a Pelé no le pude seguir en su esplendor. A Messi he tenido la suerte de verle catorce o quince años durante los cuales estaba deseando que jugara el Barcelona para encender la televisión y verle jugar”.

También tuvo tiempo para hablar de cómo conoció a Éder Sarabia: "Pues yo le conocía de cuando estaba con su padre en Logroño, y, cuando estuve en Lugo, me mandaba comentarios por correo sobre aspectos tácticos muy interesantes. Al final, un día que se vino a ver un entrenamiento, le dije que a lo mejor un día le llevaba conmigo de segundo. Cuando me fui al Las Palmas no me podía llevar al segundo del Lugo porque era un chaval de allí, que tenía allí su familia, sus cosas... así que llamé a Eder".

Sobre el ambiente en el vestuario del Barcelona: "Nunca he vivido un vestuario así, ni en la selección ni en el Atlético de Madrid. Era otra cosa. Y eso sí que me ha provocado un shock. Hay muchas cosas que es imposible que puedas controlar. Te encuentras un vestuario que no es feliz. Es que lo que yo me encuentro ahí, ya te digo, no me lo he encontrado en cuarenta años que llevo metido en el fútbol”.

No quiso tirar demasiadas piedras sobre su tejado cuando le preguntaron el porqué de la derrota en el campeonato liguero: "Lo del Bernabéu, a ver... Me puedes echar porque perdemos 2-0 en el Bernabéu, pero es que tenemos tres manos a mano con el portero y los fallamos. Y el Madrid va y mete un gol que le pega Vinicius con no sé qué, rebota en la pierna de Piqué y le pasa por encima al portero, que la tenía parada. Ante eso, no hay nada que hacer. Y perdemos la liga porque al Madrid le pitan seis penaltis y nosotros entramos en una fase jodida porque hay muchos problemas allí dentro”.

Sobre la famosa bronca a Éder Sarabia aclaró lo siguiente: "Yo me cabreo mucho con él ese día porque ya le tenía advertido de que tenía que controlar los modales. Lo que pasa es que es un chaval al que quiero mucho y que aporta muchas cosas que son muy válidas y se lo aguantas. Es muy buen chaval y lo único que le decía es que estaba dando una imagen pública y que, si yo estaba alejándome de la crispación y todo esto, él no podía estar dando este ejemplo”.

El ex entrenador del Barça ha confirmado que aún no ha visto el dinero que se le debe: "Después de las elecciones, les di un mes y llamé por teléfono a Carlos Naval para que le dijera al presidente que quería hablar con él. Al día siguiente, me llamó el vicepresidente y le dije que, si querían entrar en una negociación antes del juicio, yo estaba dispuesto a negociar no ya el dinero sino los plazos. Me estuvo intentando volver a convencer de que les perdonara el dinero y volví a decir que no. Estuvo muy simpático conmigo y tal, y después de tres o cuatro conversaciones en un mes, me dijo: «Bueno, mañana te paso una oferta». Y hasta hoy. Han pasado dos meses".