Odegaard no encontró su sitio en su debut con el Real Madrid
Por Adrían Marcos
El futbolista noruego fue la gran sorpresa en el once inicial de Zinédine Zidane para la visita del conjunto blanco al Reale Arena. Martin Odegaard regresaba al estadio que le acogió la pasada temporada, donde tantas veces brilló a lo largo de su cesión, pero esta vez no lo hizo con la camiseta blanquiazul y eso se notó. El '21' no cambió de número, pero si de elástica y en su primera actuación estuvo lejos de lo que se espera de él en el Real Madrid.
El técnico francés apostó por un 4-2-3-1 con Toni Kroos y Luka Modric en la medular, y Odegaard por delante, entre la línea defensiva y los cuatro centrocampistas 'txuri-urdines', para estar más cerca del área y tratar de compenetrarse con Karim Benzema. Sin embargo, el noruego, que trató de mostrar todo lo que le hizo brillar en San Sebastián, tuvo mucha menos incidencia que en su anterior equipo y estuvo mucho más sujeto a su posición inicial.
El peligro de Odegaard en la Real Sociedad era precisamente esa capacidad para aparecer en diferentes parcelas del tercio más ofensivo del campo, partiendo generalmente desde la banda derecha para bajar a buscar el balón en la zona de creación o caer al centro para asociarse cerca del área. La propuesta escogida por Zidane para el día de hoy no fue la más acertada pues le restó protagonismo al noruego, pero también a un Benzema que, con su compañero por detrás, quedó como un nueve rematador que nada tiene que ver con el futbolista francés.
El dibujo favoreció el control del balón y, por consiguiente, del partido durante la primera mitad y una parte de la segunda, pero cuando las fuerzas comenzaron a agotarse se notó la falta de rodaje tanto de Odegaard como del resto de sus compañeros. Además, todo el espacio en el carril central que crearon Vinicius y Rodrygo abriendo las bandas fue cada vez a menos con la aparición de futbolistas como Mendy, lo que provocó un cúmulo de piernas en la frontal del área que no favoreció al nórdico.
El Real Madrid mantuvo la solidez defensiva del pasado curso y también el problema a la hora de crear peligro. Martin Odegaard llegaba precisamente para solventar ese contratiempo, pero hoy no tuvo su mejor partido, tanto por la falta de ritmo de competición como por su adaptación a un equipo que trató de buscar nuevas alternativas, pero no lo consiguió. El noruego promete dejar grandes noches vestido de blanco, pero hoy su partido fue como la camiseta: gris, tirando a negro, pero con detalles que despiertan la ilusión del madridismo.