No hay discusión: Zidane es el mejor entrenador del mundo
Por Pablo Falcones
Zinedine Zidane es un entrenador único, de esos que aparecen 1 vez cada 20 años. Un genio en la historia de los técnicos, que a día de hoy está a la altura de entrenadores como Guardiola o Klopp, a quienes todos los amantes de este deporte, tanto sus propios como sus extraños, admiran por su forma de interpretar el juego y dejar su sello. En definitiva, podríamos decir que a día de hoy el francés es el mejor entrenador del mundo.
Desde luego, uno de los principales valedores de esta afirmación es su palmarés. Apenas lleva 4 años entrenando, con medio año sabático incluido, y ya acumula la friolera de 11 títulos. Sale casi a triplete cada 12 meses. O lo que es lo mismo, 19 partidos necesita para ganar un trofeo. Por supuesto, los ha conseguido todos con el Real Madrid, club de sus amores y el único al que ha dirigido.
Y es que eso es uno de los motivos por los que Zidane tiene el nivel que tiene. No me refiero a los jugadores del Real Madrid, por supuesto de talla mundial como todos los que dirigen los técnicos más laureados, sino porque son como Cenicienta y su zapato. Como Romeo y Julieta.
Se han encontrado club y técnico y han alcanzado una simbiosis perfecta, que se transmite en título sí, título también. Al final, no hay entidad en el mundo que viva más de ganar títulos que el Real Madrid, posiblemente el mejor de la historia. Y con Zidane ha conseguido precisamente eso.
Pero el mérito de Zidane va más allá. Algunos lo tacharon de alineador. De gestor. Como si no tuviera que tomar decisiones difíciles. Más difícil que lo que ha conseguido con los blancos, complicado que alguien lo haga. De primeras, ganó 3 Champions seguidas, algo que nadie ha conseguido en la historia, y le robó una liga al Barcelona, algo que sólo habían conseguido los blancos con Mourinho en 2012 en la década pasada.
Lo de esta temporada eleva al francés a los altares del Olimpo de entrenadores. Cogió a un equipo roto, hecho pedazos, que vagabundeaba de manera lamentable por el campo y que había dicho adiós a la temporada en marzo de 2019. Tuvo que coger carrerilla, y tardó en carburar, pero al final ha demostrado lo que hay en su ADN: es un ganador, y no hay nada que se precie mas en este deporte, y sobre todo en el Real Madrid.
La Supercopa de enero fue el aperitivo, pero la liga ha sido la confirmación del nivel que tiene el francés. Se propuso ganar los 11 partidos post parón y le ha sobrado 1. Y todo en una temporada en la que su mayor estrella, Hazard, casi no ha pisado el verde. Confió en los mismos hombres que el año pasado se la pegaron y esta temporada los ha resucitado. Si eso no es digno del mejor entrenador del mundo, ya me dirán ustedes.
Por si fuera poco, no le ha temblado la mano a la hora de tomar decisiones. Ha visto a jugadores del nivel de James o Bale fuera de forma y los ha sentado literalmente. Y ha cambiado una habitual suya como eran las rotaciones masivas, confiando en un gran núcleo duro. Es decir, se ha sabido adaptar a las circunstancias, otra característica de persona de mérito. Pura resiliencia.
Ahora tiene 3 semanas para preparar un partido que puede ser la llave a la guinda de la temporada: la Champions. Le queda el más difícil todavía, ganar al Manchester City en el Etihad, pero para él no hay nada imposible. Por algo ha ganado todas las Champions en las que ha sido entrenador.