Marcelo: cuesta abajo ¿y sin frenos? en el Real Madrid
Por Pablo Falcones
No hace mucho tiempo, Marcelo era el mejor lateral izquierdo del mundo sin discusión. El brasileño formó durante 9 años una dupla con Cristiano Ronaldo en la banda izquierda del Real Madrid que destrozó a todos los rivales que se le pusieron por delante. Ganó con él 4 Champions y 2 ligas para un total de 16 títulos y la capacidad ofensiva que tenía el carioca lo hacía un jugador único.
Sin embargo, algo malo pasó tras el verano de 2018. El luso se fue a la Juventus y después del Mundial de Rusia, Marcelo desapareció. No volvió a ser el jugador que era y empezó a restar mucho más de lo que sumaba para el equipo. Tras la llegada de Solari en medio de la temporada, el lateral fue apartado del equipo prácticamente del todo debido a su bajo rendimiento.
Parecía condenado, pero Zidane tiene fe ciega en un jugador que le dio todo en su primera etapa como entrenador. Lo rescató de las sombras, aunque el final de temporada que hizo (así como el propio Real Madrid) fue muy flojo. La temporada pasada mejoró un poco sus prestaciones, pero Mendy le ganó la partida por la titularidad y en ningún caso alcanzó el nivel 'pre-Mundial'
Marcelo sigue cuesta abajo en el Real Madrid desde ese verano de 2018. Es un jugador que drásticamente dejó de rendir y se convirtió casi más en una losa que en un buen activo. De hecho, ha estado presente en todas las derrotas del conjunto blanco desde el regreso de Zidane en 2019 salvo en Champions en la vuelta ante el Shakhtar (2-0). Por supuesto no toda la culpa es suya, pero un dato tan doloroso tampoco puede ser casualidad
Los últimos dos años de Marcelo no han tenido nada que ver con la versión del jugador que ha marcado una época en este club. El lateral es una leyenda indiscutible de la entidad y por algo es el tercer extranjero con más partidos de la historia aquí, por detrás solo de Roberto Carlos y Benzema. Pero su tiempo en Concha Espina debió acabar hace meses. Va cuesta abajo, aunque tanto él como Zidane intentan ponerle 'freno' a la situación. Difícil que lo consigan, pero no imposible