Ganar una Copa del Rey no maquilla una temporada entera
Es cierto que es un título, pero no hay que verlo como un certificado que te permite cerrar la temporada con el objetivo cumplido.
Siempre está bien conseguir un título, pero aún queda LaLiga y sobre todo y más importante, algunos aspectos del juego que se han de pulir bastante más. Ese es el objetivo principal de una temporada como esta, una temporada de cambios, de transición.
La temporada del Barça se ha caracterizado por estar formada de multitud de altibajos que comenzaron en un inicio de campaña algo impropio de un equipo de este calibre, pero que poco a poco con los meses se han ido disipando hasta permitirnos de nuevo ver a un Barça ganador, con hambre y sed de victoria.
En ningún caso un título puede servir para maquillar una temporada entera, sea para bien o para mal. Si es cierto que de haber perdido ayer el resto de la temporada hubiese supuesto un reto más complicado, pues la moral que te otorga la consecución de un título como la copa del rey es única.
Tal vez en la final de ayer había mucho más que perder que ganar. La victoria sirve para afianzar los cimientos y como elevación de moral, poco más. La derrota otra vez en otra final frente al Athletic de Marcelino habría supuesto un varapalo difícil de asimilar para los culés. La afición y la prensa se habrían echado encima, todo el mundo pediría la cabeza de Koeman y el revuelo y la falta de triunfos acercarían aún más a Messi al extranjero.
El Barça debe estar orgulloso de la gran Copa del Rey que ha hecho. Ha conseguido ganar la copa más difícil de los últimos años. Un formato intrigante y apasionante que nos ha permitido vivir remontadas épicas y triunfos in extremis. De todos modos, si el Barça acaba segundo o tercero en liga no podremos hablar de una temporada exitosa.