FALTA DE RESPETO A CHIVAS | Eso representó el carcajeo de Peralta y Antuna tras perder el Clásico
Por Carlos Alberto Pérez García
Los tiempos han cambiado. El fútbol pasional, aguerrido, tenaz, físico y hasta carente tácticamente ha evolucionado y ha dado paso a un fútbol mucho más civilizado, ordenado y estudiado. Por lo menos en México, ese cambio también se llevado de por medio lo más hermoso de los Clásicos: el odio deportivo.
Dejando a un costado el lado políticamente correcto de las cosas, si algo gustaba al aficionado común en los clásicos, era esa rivalidad entre dos equipos de ideologías distintas, dos bandos opuestos y que pregonaban una intensidad fúrica y a veces hasta cavernícola. Sobre todo en el fútbol mexicano, esa intensidad se sobreponía a un fútbol pobre en argumentos tácticos.
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Esta noche, Chivas y América demostraron que ese estilo de fútbol ha quedado en el pasado y sus jugadores han evolucionado, pero en medio dejaron un clásico que ni tiene espectacularidad en el aspecto futbolístico y que ahora tampoco tiene pasión por defender los colores. La escena de Oribe Peralta y Uriel Antuna intercambiando carcajadas con Escoboza, Sánchez y Córdova del América solo dejó en evidencia que este partido está más cerca de convertirse en uno más del calendario.
Lo peor de esta escena se lo lleva el Guadalajara y su afición, porque aquellos hinchas que todavía sienten este duelo como algo más que un partido de fútbol no soportarán las burlas en redes sociales ni la prepotencia del América, que además sumó su séptimo partido consecutivo sin perder frente a las Chivas. Ellos tendrán que tragar el sabor amargo de la derrota y además ver cómo dos de sus 'fichajes estrella' se ríen en el mismo campo donde no pudieron patear al arco en el partido más importante de la temporada.
Ni orgullo deportivo, ni gritos al interior del vestidor y mucho menos la cabeza abajo luego de perder el Clásico de Clásicos. La derrota contra el América fue un partido más para Peralta y Antuna, que en lugar de pedir perdón a la afición por no ser competentes en su trabajo, optaron por pasar página inmediatamente y reírse como si se tratara de un fin de semana más.
Para las Chivas no hay un clásico más en la temporada ni un 'nos vemos en liguilla'. Para el Guadalajara y su fiel afición esto es una falta de respeto, porque cuando la institución se cae a pedazos, dos de sus líderes terminan riendo con los jugadores que podrían y deberían dejarlos sin trabajo si las cosas no levantan a final de temporada.
Aquí no se habla de una guerra a matar o de salir a dar patadas, aquí lo único que se exige es tener orgullo deportivo y respeto por la institución que representas, aunque sea en los primeros minutos después de perder un partido, pero si eso también esta mal visto porque "es sólo un juego", entonces poco se entiende el fútbol y su significado en las gradas y hogares que lo consumen.
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