El Real Madrid y un diciembre de 180 grados
Por Adrían Marcos
El fútbol, como la vida en general, es cuestión de dinámicas, un día estás abajo y todo se te hace cuesta arriba, y al siguiente en la cima, respirando aire puro y mirando desde arriba al resto con la esperanza de permanecer en lo más alto el máximo tiempo posible. El Real Madrid, que suele ser el mayor exponente de lo segundo, tampoco escapa a esta situación y a veces tiene que lidiar con los malos resultados y las críticas hasta que llega su punto de inflexión.
Los de Zinedine Zidane atravesaban una crisis importante a principios del último mes de este atípico 2020 después de un noviembre para el olvido con solo una victoria en cuatro partidos que se remató con la derrota del día uno ante el Shakhtar Donetsk. Los merengues veían lejos la clasificación para la siguiente ronda de la Champions League y el liderato de LaLiga, pero entonces todo cambió.
La victoria por la mínima ante el Sevilla en el Ramón Sánchez-Pizjuán supuso ese punto de inflexión que el madridismo esperaba y a partir de ese día los blancos cuentan sus seis encuentros por victorias. La victoria ante el Borussia Mönchengladbach les llevó a cerrar la fase de grupos como líderes y en el campeonato doméstico alcanzaron la luz al final del túnel después de derrotar al principal pretendiente al título, el Atlético de Madrid.
Media docena de triunfos que se completaron con los cosechados ante Athletic Club, Eibar y, el más reciente, frente al Granada. Seis victorias para devolver la ilusión a la afición pero, sobre todo, a un equipo que entre lesiones y malos resultados parecía haber perdido todo viso de esperanza de cara a esta temporada. Y ahora, cuando se acerca el fin de año y los futbolistas pueden tomarse un merecido descanso, son colíderes de la clasificación y vuelven a soñar con el 'Triplete'.
Este giro de 180 grados no supone, sin embargo, que esté todo el camino hecho, aún queda mucho por recorrer, aspectos por pulir para consolidar su buen momento y, además de soñar, ver posible que los títulos terminen por decantarse de su lado. Y aún queda mucha temporada por delante en la que deberán aguantar el tipo con una plantilla corta de efectivos y, cada vez más, de calidad, pero que se prepare la Atalanta, porque es el Real Madrid y siempre se levanta.