El Monterrey se salvó de un papelón histórico tras cancelarse el Clausura 2020
Por Carlos Alberto Pérez García
Así como el Cruz Azul debe sentirse frustrado por la forma en que se cortó el espectacular estado de forma que tenían hasta la fecha 10 del campeonato, los Rayados de Monterrey deben agradecer que terminó el suplicio del Clausura 2020 y que, además, la final de Copa sigue estando en pie, porque lo que estaba viviendo el actual campeón era una completa deshonra al fútbol mexicano.
Antonio Mohamed tiene un plantel tan poderoso y caro, que todos los aficionados mexicanos pensaban que era cuestión de tiempo para que el Monterrey empezara a carburar y sumar su primera victoria del torneo; sin embargo, no sólo no llegaban los triunfos, sino que el funcionamiento de 11 cracks simplemente no se asentaba.
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Parece un cuento surreal que el actual campeón de la liga se encuentre en último lugar de la tabla a tan sólo 3 meses de haber levantado el título; sin embargo, esto adquiere sentido cuando se recuerda cómo el Monterrey logró calificar a la liguilla del torneo pasado: un auténtico milagro.
El equipo de Mohamed necesitaba una serie de combinaciones que hubieran desalentado a cualquier equipo de México, pero con la inercia del cambio de entrenador, el cuadro de la sultana no bajó los brazos e hiló 6 juegos consecutivos sin derrota al final del torneo. Esto los metió en la liguilla en la última fecha y aprovechó el momento para avanzar cada fase hasta coronarse, pero cuando esto parecía ser la nueva etapa del Monterrey, el cuento terminó y volvieron a una realidad que sigue sin tener sentido: la de los resultados paupérrimos.
Su campeonato fue obtenido con justicia y es digno campeón del fútbol mexicano, nadie les puede quitar esa sensación, pero este resultado más la campaña siguiente que estaba realizando el Turco y sus pupilos son dignos de reflexión, porque en los hechos crudos, la realidad es que el octavo lugar del certamen fue coronado y a pesar de triunfar, regresó a la senda de la irregularidad inmediatamente. ¿Qué clase de digno campeón es ese?
Este tipo de situaciones hacen que se cuestione el sistema de competencia, pero la verdad es que ¿a quién no le gusta ver siete duelos de eliminación directa para definir al campeón? Es una sensación indescriptiblemente bella, como una hermosa droga de mediocridad que satisface los gustos más bajos pero deliciosos.
¡Qué bueno que se canceló el Clausura! Porque así esta discusión quedará en el olvido al empezar el nuevo torneo y se podrá disfrutar de otra nueva liguilla que vea triunfar a aquel equipo que no fue el mejor del torneo regular, y de paso, el Monterrey podrá optar al bicampeonato el próximo diciembre, por increíble que parezca.
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