El madridismo no perdonaría a Sergio Ramos si termina yéndose del club
Por Adrían Marcos
El futuro del camero está aún en el aire a menos de un mes para que tenga total libertad para negociar con cualquier club del mundo su llegada a coste cero el próximo verano, cuando el contrato con el Real Madrid llegue a su fin. Su salida supondría un duro varapalo para la afición blanca, que le ha visto crecer como futbolista y como persona desde que llegó allá por el verano de 2005, hace ya más de 15 años, hasta convertirse en capitán del club y símbolo del madridismo.
Está claro que la hinchada merengue puede reprocharle poco o nada a Sergio Ramos, que se ha dejado siempre la piel para defender la camiseta y el escudo como ningún otro en los últimos años, pero sería normal que, como sucedió con otros ídolos, viesen con malos ojos su salida. El Real Madrid, aunque puede pasar de todo de aquí a final de curso, no atraviesa su mejor momento futbolístico y perder a su capitán no parece la mejor solución para los problemas.
El central andaluz no solo es el referente defensivo de la plantilla, el encargado de dar esa solidez y estabilidad al equipo desde la retaguardia, también es el líder del vestuario, el que arenga al resto antes de cada partido y da la cara cuando las cosas no van bien. Sergio Ramos es el que mejor representa a la afición, el que haya gente o no en la grada pone el ánimo y da hasta el último aliento en la lucha por la victoria.
La situación del club, tanto deportiva como económicamente, haría que la marcha de Sergio Ramos dejase un hueco muy grande en una posición difícil de cubrir, sobre todo si no deja ningún rédito en las arcas blancas, algo que el madridismo vería como una salida por la puerta de atrás. La afición, que en tan buena estima tiene al camero, sería muy crítica con él y perdería enteros de cara a convertirse en lo que merece ser, una leyenda del Real Madrid que cuelgue las botas vestido de blanco.