El Real Madrid jugó con fuego y estuvo a punto de quemarse

El Madrid acabó pidiendo la hora
El Madrid acabó pidiendo la hora / Soccrates Images/GettyImages
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Salió el Madrid al césped del Bernabéu como el que va un día más a la oficina a hacer su trabajo, pero el equipo que venía no era un equipo con el jugar un día más, no era un equipo en descenso, era el Rayo de Iraola. Llegaban como sextos en la clasificación, cosa que parecía que los chicos de Ancelotti desconocían por la manera en la que arrancaban. Iraola, entrenador revelación de La Liga, salió a buscar al Madrid de tú a tú, con una línea de presión alta y en el minuto uno de partido, tuvo la primera ocasión clara. Ancelotti con dos nuevas incorporaciones en el once, pedía a los suyos que despertasen tras el susto inicial.

Eduardo Camavinga no tuvo su mejor día
Eduardo Camavinga no tuvo su mejor día / Soccrates Images/GettyImages

Camavinga era una de las novedades, ese chico de 18 años que cayó de pie al llegar al Madrid, parece que empieza a mermar la paciencia de algunos madridistas, Carlo lo alineaba como interior derecho, cosa que no beneficia ni al jugador ni al Madrid. A los 20 minutos de juego, apareció el de siempre, Vini JR. Parece que Vini es el jugador perfecto para jugar en el Coliseo blanco, un jugador que lucha todos los balones y así nació el primer gol. Un balón que el 99% de los jugadores de La Liga daría por perdido, Vinicuis no lo da, luchó, ganó el balón y Asensio ponía el balón en el punto de penalti para que Kroos diese un pase a la red, donde Dimitrievski rozó con la punta de su guante. Más tarde Karim ponía el segundo, rematando un balón que venía desde el lateral izquierdo, puesto por quién si no, por David Alaba, que demostró un día más que donde es top de verdad es ahí, por muy buen central que sea, pero las necesidades blancas hacen que por desgracia le veamos ahí.

Alaba mejor lateral que central
Alaba mejor lateral que central / Quality Sport Images/GettyImages

Hasta ahí todo bien, el Madrid dominaba y salía a la segunda parte de la mejor manera posible, tenían ocasiones claras y el Bernabéu disfrutaba, si, disfrutaba. Hasta que en el minuto 76 empezaba una tormenta, Falcao anotaba en una acción donde Alaba no tuvo suerte y el Bernabéu empezaba a perder la paciencia, el Madrid sufre porque no sabe cerrar los partidos y el público lo castiga, al igual que el día del Shakhtar, hubo pitos. El Madrid acabó pidiendo la hora en un partido donde tuvo todo de cara pero no supo culminar.