El Barcelona tiene que dejarse de 'parches' en el banquillo y buscar un futuro sólido para el club
Por Pablo Falcones
Ser entrenador del Barcelona es una de las profesiones más estresantes y con más presión dentro del mundo del fútbol. Prueba de ello es el aspecto que tenían al comenzar su etapa allí todos los técnicos que han cogido al conjunto culé... y el que tenían al final.
En los últimos años el banquillo de los azulgrana se ha caracterizado por ser una silla caliente. El ejemplo más claro es Setién, que apenas duró 6 meses desde que se sentara en febrero de 2020 y se marchara en agosto tras la paliza histórica del Bayern Múnich (2-8).
Koeman tiene pinta de que va a seguir un camino parecido, ya que desde el primer día se ha puesto muchísimas veces su puesto en entredicho y no convence a casi nadie en el seno del club. Por circunstancias como estas, es muy importante que la Junta Directiva de Joan Laporta sea muy precisa a la hora de encontrar el sustituto del técnico holandés.
Porque el Barcelona no es un club para tener entrenadores 'parche'. Sinceramente, me da la sensación de que Koeman lo es, y que Valverde en su día no estaba muy lejos de ese perfil. Aún así, el Txingurri aguantó dos temporadas y media en el cargo, pero la etiqueta yo no se la quito.
Los azulgrana tienen un ejemplo muy claro en el eterno rival. Si no, que vean que salvo en los convulsos 9 meses que fueron de junio de 2018 a marzo de 2019, el Real Madrid encontró a un entrenador ideal para llevar al club: Zinedine Zidane. Más de cuatro temporadas pasó en sus dos etapas juntas, en las que logró entre otras cosas 2 ligas y tres Champions...¡¡¡consecutivas!!!
Por eso es muy importante que el técnico que elija Joan Laporta para relevar a Koeman sea el indicado. Todo apunta a que ese hombre debería ser Xavi, aunque no se ve con malos ojos a Roberto Martínez. Sea quien sea, lo único que importa es que devuelva la estabilidad al banquillo y al vestuario azulgranas. Es lo que necesita un club de tal entidad.