El Atlético de Madrid muestra su misma cara de siempre en LaLiga
Otra oportunidad que se le va al limbo al Atlético de Madrid para meterse en esa Champions a la que tanto dicen los jugadores que desean entrar. Con la derrota del Getafe, y esperando un pinchazo de la Real Sociedad, volvía el equipo de Simeone a los terrenos de juego tras el parón y, al menos en Liga, parece que nada ha cambiado. Falta de intensidad y la necesidad de que el rival te dé un golpe para activarte porque, si esto no ocurre, no parece que el Atlético saque el carácter que tiene.
No parece que el equipo sea consciente de lo que hay en juego. Un encuentro ante el Athletic Club en el que se jugaba el todo por el todo y al final acabó sacando la nada. El punto que ha logrado no sirve y ya son varios partidos donde se ha perdido el disfraz de equipo grande. Al menos, y esto es algo que nadie esperaba a principio de año, Simeone tiene en Marcos Llorente un diamante en bruto. Es el hombre del que se hablaba en el parón por su actuación en Liverpool y es el que mejor ha jugado hoy. Otro que se suma a este carro de jugadores que han transmitido buenas sensaciones es Carrasco. El belga tenía ne el parón la oportunidad de ponerse al nivel de sus compañeros y vaya si lo ha hecho. Junto con Llorente ha sido el mejor de los suyos (salvando la evidencia de que Oblak lo será en cada partido y está en otra categoría. Hoy otra parada para el recuerdo). Son los dos nombres de la vuelta a la Liga del Atlético. Un retorno que deja mucho que desear y que debe de mostrar otra cara el miércoles frente a Osasuna. No hay culpables de nada porque aún hay margen para corregir el error, pero se requiere un paso al frente y sacar la garra antes de que sea el rival el que lo haga. Los Koke, Sául, Oblak y Giménez tienen que ser los que encabecen la llamada al amor propio y el ganar. Eso es liderazgo y, de momento, en este equipo no lo hay.
No ha sido la mejor manera de volver, tampoco la peor, y por ello el Atlético tiene el miércoles la oportunidad de redimirlo y sacar los tres puntos del Sadar. El tercer puesto parece una utopía porque el Sevilla, este año, es mejor. Los de Simeone deben tener claro el objetivo: dar caza al cuarto y aferrarse en esa posición. Entrar en Champions supone el futuro del club. Es duro, pero es así.