ASÍ NO SIRVE | El VAR en México es un desastre
Por Carlos Alberto Pérez García
El VAR llegó como la herramienta esperada para aficionados, equipos y hasta para algunos árbitros en búsqueda de reducción de errores y justicia deportiva; sin embargo, su uso se ha tergiversado y cada cuerpo arbitral lo ocupa cuando quiere, sin protocolos adecuados ni apreciaciones correctas.
Los errores de antes eran, hasta cierto punto, entendibles y justificables, pero ahora las equivocaciones persisten y el VAR lo único que hace es evidenciar la falta de preparación de los colegiados, tanto los que están sobre la cancha como los que se encuentran en la cabina, además de que los tiempos en las revisiones siguen siendo extensos y la toma de decisiones absurdas.
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Está claro que la polémica del VAR no sólo es en México, sino que todo el mundo se está adaptando a esta nueva herramienta, pero los errores que se han presentado en la Liga MX hablan muy mal de un campeonato que intenta ser el mejor del continente americano.
Penaltis no marcados ni revisados, fueras de lugar inexistentes y hasta un uso exagerado de revisiones en jugadas dentro del área. Eso es lo que se vive semana a semana en el fútbol mexicano, que denota falta de preparación, sin protocolo y nula unificación de criterios para su implementación y marcaciones.
El VAR en México necesita un reajuste notorio, principalmente en la estabilización de criterios, porque no es posible que una falta que en un partido sí sea marcada y en otro compromiso no sea ni siquiera revisada. Las revisiones en fuera de lugar también deben de ser perfeccionadas e implementar el uso de vectores, para que la marcación no se limite a lo que alcancen a ver los árbitros y erradiquen esa polémica innecesaria.
El Ojo de Halcón ya debería ser obligación en una liga con el poderío económico mexicano, pero si se empeñan en no utilizarlo, por lo menos debería de ser obligación una cámara en la línea de meta de cada portería, porque cada torneo hay por lo menos una acción polémica sobre si cruzó por completo el balón o no.
El VAR tiene demasiados problemas y tienen que ser atendidos, pero esto también va desde la capacidad de los silbantes, quienes se empeñan en desprestigiar una profesión a la que cada vez se le suman mayores apoyos para minimizar errores. Que se dejen la soberbia, el tú por tú con entrenadores y se limiten a trabajar y mejorar, porque cada vez se encuentran más rebasados en su labor.
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