Sería injusto darle el título al Cruz Azul si la Liga MX no se puede reanudar
El COVID19 está desbaratando los planes que se tenían respecto al desarrollo de todas las ligas alrededor del mundo. Primero comenzaron las medidas de prevención con juegos a puerta cerrada y, cuando fue inevitable, la suspensión de campeonatos se hizo realidad.
En México no fue la excepción y, aunque llegó un poco tarde en comparación a Europa, la polémica empezó a surgir cuando los directivos se cuestionaron ¿qué pasará si no se puede reanudar la competencia? ¿Quién merece ser considerado como campeón? o ¿Debe de haber un campeón esta temporada?
La Federación Salvadoreña de Fútbol ha sido la primera en declarar un campeón tras la cancelación de una temporada y fue el Once Deportivo, equipo líder del campeonato hasta ese momento. El ejemplo es perfecto porque, al igual que la liga mexicana, el monarca del torneo centroamericano se obtiene mediante el formato de liguilla hasta llegar a la final.
Sin embargo, esta decisión es la mayor muestra de injusticia en un campeonato con estas características. En primer lugar y apegándonos a la Liga MX, hace casi 50 años que el campeón no se define por puntos. Los equipos no pelean cada jornada con la misma intensidad porque no es necesario; los ejemplos más claros son Tigres y Santos, dos instituciones regulares pero que suelen iniciar de manera floja cada campaña y levantar su nivel a mediados de la temporada.
Darle el título al Cruz Azul por puntos sería corromper completamente el sistema de competencia del país. Además, si esto llegara a suceder, también sería injusto por otra cuestión: no ha podido jugar contra todos los equipos esta campaña. En el panorama todavía se vislumbra Pumas o las visitas a León y Monterrey, equipos que ya han restado puntos a los competidores directos. No es justo dejar a la suerte el calendario que tocó a cada club.
Si forzosamente se tuviera que corromper nuestro sistema de competencia, lo ideal no sería dar como campeón al actual líder. Lo más cercano a la justicia, bajo el esquema de puntos, serían las siguientes dos opciones:
1) Sumar los puntos de la campaña anterior, que de acuerdo a la FIFA entran en el presente año futbolístico, para que por lo menos todos los participantes se hayan enfrentado entre sí una vez.
2) o dar por campeón al líder del Apertura 2019 (o el 'campeón de invierno', como se denomina en Europa), porque fue el equipo más regular de este año futbolístico y se enfrentó a todos los rivales una vez. Aquí ya no se entromete la fortuna del calendario.
De igual forma los tres casos son absurdos, porque no es la forma en que se consigue un campeonato mexicano hoy en día y desde 1971. En dado caso, que clasifiquen los 8 primeros equipos hasta el momento y, cuando se reanude la actividad, se juegue lo más que se pueda la liguilla, aunque sea a un sólo partido y con final única.
Si no dan los tiempos, lo ideal siempre será no dar como campeón a ningún equipo este torneo. No es justo y ningún equipo ha hecho lo suficiente para ser considerado como tal. Además, ¿a qué va a saber ese título? Al igual que Siboldi, muchos cementeros no lo disfrutarían igual.
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