Los 10 partidos sin ganar del Monterrey representan la mediocridad del fútbol mexicano

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Cero y van diez. Esa es la cuenta de victorias que tiene el ​Monterrey después de 10 jornadas disputadas en el Clausura 2020. Esta vez, frente a las ​Chivas, los Rayados por fin jugaron mejor y, en términos generales, merecieron ganar el encuentro. Incluso metieron el segundo gol que les daba la ventaja, pero el árbitro Diego Montaño lo echó para atrás por no haber dado la señal de cobro en el tiro libre.

A pesar de que la mejoría es evidente, no es posible asimilar a un campeón de cualquier liga que el siguiente torneo no sea capaz de ganar un sólo juego de 10 compromisos disputados. En cualquier competencia del mundo sería una auténtica locura y es un tema que se debe reflexionar, porque todo parece indicar que Monterrey no estaba ni cerca de ser el mejor equipo del país.

Es inconcebible que un club proclamado como el mejor equipo de México se encuentre en el último lugar de la tabla, pero el tema no es exclusivo de este torneo. Estos mismos ​Rayados ya atravesaron un periodo pésimo de resultados hace 6 meses con Diego Alonso. Si terminaron como monarcas de la liga, fue por una inercia positiva irreal de su fútbol que les dio para meterse en liguilla.

Lamentablemente para la credibilidad de la ​Liga ​MX, con estos ejemplos es imposible declarar al campeón del fútbol mexicano como el mejor equipo del torneo. Este último título se le debe poner al equipo más regular, mientras que el lema de campeón se le adjudica al que supo jugar una liguilla.

De nada sirve la regularidad en nuestro fútbol, si con 7 buenos partidos a final de la temporada acabas ingresando a la fiesta grande. Ya dentro es un torneo completamente distinto, donde cada acción marca el rumbo de la serie y la suerte juega un papel fundamental. Por eso cada vez me queda más claro que el campeón difícilmente será el mejor equipo de la competencia.