Jugadores sin garra ni corazón están acabando con la historia del Toluca

​Es una verdadera tristeza es lo que está pasando en el equipo de los ​Diablos Rojos del Toluca, que el día de ayer cayeron por goleada en el partido de ida de la semifinales de la Copa MX. Desde hace un par de temporadas el tercer equipo con más títulos de México se encuentra sumergido en un hoyo, y mucho de ello se debe a jugadores mercenarios.

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Han cambiado entrenadores, elementos de la dirección técnica y los resultados siguen siendo los mismos. Un equipo con inercia y desgano dentro del campo. Sin pies ni cabeza y que dejan mucho qué desear. Futbolistas como Gastón Sauro, Diego Rigonato, Federico Mancuello o Emmanuel Gigliotti, únicamente cobran y ni siquiera trabajan en el campo.

Jugadores más preocupados por sus viajes, por sus peinados, por salir bien en redes sociales, o discutiendo con aficionados que les exigen resultados, haciendo de todo, pero menos preocupados por cuidar y hacer bien su trabajo. Estos elementos le están haciendo un terrible daño al equipo. Pueden cambiar hasta al mismo dueño del club, pero si se continúa dando la confianza a estos hombres que sólo llegan a cobrar, será difícil que las cosas puedan cambiar.

Es mejor darle chance a jóvenes que piden a gritos una oportunidad y que llevan tiempo en las inferiores esperando que algún día se les llegue a llamar. Es preferible que se equivoquen futuras promesas que desean mostrarse en el campo para ganarse un puesto en la titularidad. Hoy por hoy Toluca está hundido, y a como se ven las cosas, tal parece que la situación no mejorará dentro de algún tiempo. Una tristeza para esta histórica e importante institución.