El Real Madrid debe 'mover el árbol' en la ventana de fichajes invernal

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En España utilizamos 'mover el árbol' como sinónimo de tomar decisiones para provocar algún cambio, de ​agitar, de alterar el 'statu quo'. Una expresión figurada que no se aleja de lo que en realidad supone el hecho de mover, literalmente, un árbol ya sea para conseguir su fruto o para hacer que caigan las hojas y las ramas que no sirven de mucho para permitir que crezcan unas nuevas, unas que sigan aportando en el desarrollo del mismo manteniendo la base.

Lo que necesita el ​Real Madrid este invierno no dista mucho de eso mismo, Zinedine Zidane prometía una revolución en su llegada que nunca se llegó a hacer realidad y el verano, como en la naturaleza, quedó como un periodo de estabilidad. Es con el mal tiempo cuando los árboles cambian radicalmente su imagen para resurgir en la primavera, como debería hacer el conjunto blanco, aprovechar los malos momentos para cambiar.

En el vestuario, como sucede con los árboles, hay una estructura que difícilmente puede ser cambiada, un tronco formado por jugadores como Sergio Ramos, Casemiro o Benzema, que sustenta al equipo. A partir de ellos surgen las ramas, algunas de ellas llevan ya muchos años unidas y son parte indispensable, pero comienzan a verse cada vez más marchitas. Los Modric, Bale, Marcelo son parte fundamental de estos últimos años, pero puede que no les quede mucho tiempo unidos al árbol blanco.

Otros han llegado recientemente y están creciendo poco a poco dentro del equipo, a ellos hay que darles tiempo para adaptarse a su nuevo hábitat y darles oportunidades para desarrollarse. Estos retoños son los Hazard, Jovic, Rodrygo o Valverde. Jugadores que prometen ser importantes en un futuro no muy lejano para convertirse, incluso, en algunas de esas ramas principales que fundamentan al equipo.

Sin embargo, hay piezas que han dejado de ser útiles para el equipo, ya sea por su rendimiento o por la confianza de su entrenador, y lo mejor es que enfilen la puerta de salida, que caigan del árbol. Lucas Vázquez ha demostrado que está lejos del nivel que requiere el Real Madrid, Mariano no está teniendo ninguna oportunidad e Isco no es ni la mitad de decisivo como fue algún día por culpa de las lesiones.

En cambio, el invierno es buen momento para injertar a este árbol ramas que aporten savia nueva al equipo. En este proceso de renovación es indispensable sumar efectivos al centro del campo, donde Modric y Kroos necesitan cada vez un mayor refresco y en la plantilla no hay recambios de garantías. Ya en verano sonaron nombres como Pogba, que viendo el papel de su equipo podría querer salir; Eriksen, que termina contrato en verano; o Bruno Fernandes, que daría un gran salto de calidad.

En la parte alta Benzema es la copa que destaca sobre el resto, su posición es indiscutible pero necesita apoyos que le permitan seguir creciendo. Eden Hazard se adapta poco a poco y en la otra banda hace falta alguien que dinamite los partidos. Quizá el Real Madrid podría buscar un ​fichaje estelar, pero firmar un futbolista como Sadio Mané, a quien Zidane ansía, se antoje complicado. La solución podría estar en el propio equipo, en un James Rodríguez dispuesto a sobresalir tras su Erasmus en Alemania o en los jóvenes Rodrygo y Brahim, que esperan su oportunidad para despuntar.

Yo no soy jardinero ni director deportivo del Real Madrid, soy periodista, entiendo más bien poco de jardinería y aún menos de cómo gestionar una plantilla. Sin embargo, si que veo un buen momento para cambiar las cosas, para aprovechar el ciclo de la naturaleza y aplicarlo al fútbol, para 'mover el árbol' en cualquiera de sus sentidos.