5 cosas que no sabías de sobre Josef Bican, el máximo goleador de la historia del fútbol
Estas son cinco curiosidades que tal vez no conocías sobre la vida de Josef Bican, futbolista austrohúngaro que vivió de 1913 a 2001 y posee el récord de más goles en la historia del fútbol con 850.
Pobreza familiar
La pobreza que azotaba a su familia era tal que Bican empezó a jugar al fútbol totalmente descalzo. Él mismo reconoció con el paso de los años que esta forma de aprender le sirvió para mejorar su técnica con el balón. Su padre, exfutbolista, sobrevivió a la guerra pero falleció después de sufrir un golpe en el riñón que se negó a tratarse. Fue él quién introdujo a su hijo en el mundo del fútbol.
Polémica en el mundial del 34
Tras unos años demostrando al mundo de lo que era capaz, recibió la llamada de Austria para formar parte de la expedición nacional que disputaría el mundial, campeonato del que cayeron eliminados tras un más que polémico partido frente a los locales, Italia, con Benito Mussolini en el palco.
Jugó en más de una selección
Antiguamente los futbolistas no vivían en este mundo globalizado que intenta controlar cada aspecto de la vida humana. Esto permitía aplicar una normativa mucho menos pormenorizada. Tal era la situación que muchos jugadores tenían la oportunidad de jugar partidos con más de una selección, y este es el caso de Josef Bican, que tuvo la suerte de disputar partidos con Austria, Checoslovaquia y brevemente con Bohemia y Moravia durante el conflicto en el país.
Cortó todo vínculo con el fútbol
A mediados de los años ochenta decidió apartarse definitivamente de todo lo relacionado con el fútbol. Alegó en diversas ocasiones que el juego había perdido su esencia principal, aquello que lo hacía único ante el poder de los billetes. Durante un tiempo dedicó su vida a su familia y trabajó de obrero, conductor y como encargado de la alimentación de animales en un zoológico en Praga.
Galardones tardíos
Como ocurre muchas veces en el mundo de la escritura, Bican ha ganado la gran mayoría de sus premios una vez fallecido. Tendemos a darnos cuenta de la inmensa calidad de los deportistas una vez nos abandonan, en lugar de disfrutar sus actuaciones en el presente.