Yamila Badell: “El fútbol es mi trabajo y lo digo con orgullo”

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- / Dayana Ravelo y el "Decano"
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Yamila tenía cuatro años cuando su papá, Gustavo Badell, jugaba como defensor para el club Olimpia de Paraguay. Después de alentarlo desde las tribunas durante los entrenamientos, ella entraba al campo de juego a hacer ejercicios con la pelota. Once años después de aquel momento, Yamila volverá a pisar esta tarde el estadio Manuel Ferreira. Esta vez como una de las delanteras y figuras del club Nacional. Desde Asunción, la futbolista habló con 90min sobre el torneo continental, su paso por España, el desarrollo del fútbol femenino en Sudamérica, sus referentes y las nuevas generaciones.

¿Cómo se preparan para enfrentar a Deportivo Cali?
Deportivo Cali es un equipo que juega bien, que tiene un buen ataque, tiene muy buenas jugadoras, con mucha calidad. Pero tampoco hay que minimizar que Nacional también tiene muy buenas jugadoras y también tiene un lindo estilo de juego. Por algo también estamos en esta instancia de los ochos mejores de Sudamérica, así que no confío mucho y plenamente en el equipo que tenemos.

Integraron junto con Corinthians, San Lorenzo y Deportivo Capiatá lo que se denominó “el grupo de la muerte”, ¿cómo viviste la fase de grupos?
Corinthians, por la dinámica que tiene el campeonato y la liga en Brasil llegó a la Libertadores con casi 36 partidos de competencia y nosotras veníamos solamente con seis partidos de Liga, o sea, había una diferencia brutal. Pero bueno, más allá de eso, sabíamos que había dos partidos que iban a ser muy importantes y que iban a ser la clave para poder estar en cuartos hoy. Y salimos a ganarlos. Aunque teníamos dos resultados favorables contra San Lorenzo, no nos conformamos con eso y salimos a buscar el partido.

¿Cómo definirías el estilo de juego de Nacional?
Es un equipo bastante ofensivo, que siempre está dispuesto a atacar, pero también somos un equipo muy consolidado a la hora de defender. Si bien tenemos esa mentalidad de ir al ataque y poder concretar la jugada, somos conscientes de que es un vaivén tanto ofensivo como defensivo. Es un equipo muy combinativo, con muchos jugadoras de calidad en el medio, como también jugadoras determinantes en el ataque. Y tenemos una arquera que ha sido determinante en varios partidos.

¿Qué viene a buscar Nacional a esta Libertadores?
Nacional viene a buscar lo que ya consiguió, a seguir haciendo historia. Vamos paso a paso. El siguiente objetivo es pasar a semis. Y bueno, si seguimos soñando no te voy a negar que me encantaría poder ver a mi familia en el Parque Central y disputando una final de la Copa Libertadores, sin dudas.

Tuviste tu duelo personal contra Vanina Correa el otro día, finalmente lograste convertir el gol, ¿qué significó para vos haber hecho ese tanto en la Libertadores?
Primero que nada, Vanina es una muy buena arquera por algo tiene la trayectoria que tiene, está también en selección, es referente de su país,ha tenido un pasaje en el exterior. Pero bueno,, más allá de eso, pude concretar el gol que venía buscando. Un gol en el que se cruzan muchas cosas. Venía de una lesión, le metí  mucha cabeza a eso, mucho apoyo emocional también por parte de los médicos que estuvieron comprometidos para que llegue en óptimas condiciones a la Copa así que la verdad que fue un gol que busqué muchísimo y que además abría las puertas a la clasificación. 

Este club tiene mucha historia, es el mejor  de Uruguay y estar acá es un sueño, la verdad. Si bien ya lo había vivido con Colón, un club que me vio crecer, muy humilde, de mucho sacrificio, poder vivirlo otra vez es muy importante. Además, marcamos historia con Nacional. Y en lo personal, el gol a San Lorenzo fue mi octavo a nivel Copa Libertadores, entonces fue una de esas noches que se dicen soñadas y que me encantaría que me vuelvan a poner el partido en la tele para poder vivirlo todo. Quisiera tener una camarita y verlo de fuera. Es increíble volver a vivirlo.

Como decías, ya jugaste con Colón en la edición 2016, ¿qué cambios encontrás desde aquel momento a ahora en el torneo?
Primero, el formato de Copa Libertadores ha sido modificado, en ese entonces había solamente dos grupos, éramos cinco por cada grupo y disputábamos 4 partidos. Eso cambió y también se siente, no? Ahora no tenés margen de error. Acá está más apretado todo. Más allá de eso, considero que a nivel de Sudamérica el fútbol está creciendo lindo. Se ve que hay varios en varios países que le están dando importancia al fútbol femenino. Nacional representa a Uruguay y se nota que está marcando un camino a nivel profesional. Obviamente, los equipos brasileros están a otro nivel pero los equipos de Colombia, Chile y Argentina siempre hacen muchísima fuerza también. En muchos equipos se nota el trabajo y eso es muy importante para el avance que tiene el fútbol femenino en Sudamérica.

¿Cómo es la situación del fútbol femenino en Uruguay?
La liga en Uruguay es amateur aún, pero Nacional a nivel institución, está trabajando en el camino hacia la profesionalización, tiene a todas sus jugadoras con contrato, trabajando en su propia cancha, bueno, con las instalaciones propias también e indumentaria. Todo lo que requiere el estar trabajando en buenas condiciones. Eso es algo muy importante. También la importancia que se le da al fútbol femenino en sus redes sociales, el apoyo de la hinchada también. Es un plus sentir que la hinchada está presente. Eso es muy lindo: sentirse respaldada. Pero dentro del fútbol uruguayo podés encontrar diferencias muy grandes entre clubes, porque hay clubes que tienen ese apoyo institucional, y hay otros que carecen de eso y bueno, están en constante lucha.
Es importante decir que hace unos años se creó la Organización de Futbolistas Uruguayas (OFu), que representa un respaldo para nosotras y lucha por los derechos del fútbol femenino.  Entonces, a pesar de que hay clubes que están trabajando muy bien, aún falta que sea un poco más contagioso y que se concientice en las dirigencias de los respectivos clubes que el fútbol femenino está creciendo y que si no se ponen las pilas van a quedar muy atrás. 

Hace unos años, te fuiste a jugar a España, ¿cómo fue esa experiencia en el exterior, qué desafíos y aprendizajes tuviste?
Me fui hace cinco años a jugar al Málaga y representó un desafío bastante importante a nivel personal y a nivel deportivo; no era lo mismo estar jugando en Uruguay, de forma amateur y en tu casa cuando ya conocía que quizás el fútbol femenino o estaba estancado. En el terreno personal me aportó mucha madurez e independencia y en el plano deportivo, crecí en otros aspectos, tanto a nivel defensivo como ofensivo, pudiendo adquirir otro tipo de conocimientos en cuanto a formación, pude pasar por otro tipo de posiciones en la cancha y eso me hizo una jugadora más completa, y obviamente que el roce que tenía en España en relación con el que tenía a nivel local, se multiplicó y gané. Gané en eso también.

Recién decías que adquiriste conocimientos más allá de lo futbolístico, ¿qué adquiriste?
Yo me fui con un contrato profesional y solamente lo que hacía era dedicarme a eso. Entonces aprendí bastante de nutrición, me enfoqué en todo lo que era estar bien y poder rendir al cien por ciento porque es mi trabajo. Sí, lo puedo decir, con orgullo y con una sonrisa en la cara, el fútbol es mi trabajo.  Porque no pasa mucho de que puedas decir que trabajás de lo que amás y de lo que te corre por las venas. Entonces, me puse a estudiar, hice un máster en personal training y nutrición para poder aplicarlos en mi día a día. Y más allá de eso, también otro tipo de cosa que para mí es fundamental es el tema de la cabeza. Trabajamos con sesiones de coaching deportivo, porque al final yo estaba sola, a distancia. Y no es importante trabajar esos aspectos para mí, más allá de ir a la cancha y desarrollarme en lo técnico y lo táctico, me parece.

¿Imaginás que dentro de un tiempo Sudamérica alcance un nivel de fútbol como el de Europa?
Sí, sin duda. Las propias jugadoras estamos haciendo que el fútbol femenino crezca y tenga ese nivel. Somos nosotras las responsables de que eso esté pasando. Entonces considero que sí, incluso las generaciones más chicas vienen muy potenciadas, hoy en día son más las niñas que eligen jugar y eso también le da el plus para que más chicas empiecen a practicar el deporte para llegar con otra visión y con otros conocimientos. Si nosotras tuvimos algunos obstáculos en el camino hemos alcanzado un montón de cosas, imagínate aquellas que vienen con ese camino  un poco más despejado. Obviamente siempre habrá obstáculos pero creo que hoy en día es totalmente distinto. 

Justamente, en esta Copa hay jugadoras muy jóvenes, ¿cómo es el diálogo con ellas?
Hoy me toca estar en un club en el cual las jugadoras son muy jóvenes, pero que han tenido bastantes experiencias a nivel internacional y que estuvieron también en procesos de selección, y eso es muy importante para ellas. Desde mi punto, yo puedo brindarles parte de mi experiencia, los conocimientos que fui adquiriendo, quizás transmitirles parte del camino que transité. No para que lo tomen y apliquen, sino como una herramienta más.

En Nacional, nuestra capitana (Valeria Colman) es una gran referente, con mucha trayectoria, ex capitana de la selección, tenemos como referente a Esperanza Pizarro una jugadora muy joven que aporta muchísimo. Las generaciones más chicas son muy revolucionarias, entonces eso también nos da muchas fuerzas y ganas a nosotras. La revolución más la experiencia se potencian y es una locura. 

¿Pensás que los movimientos feministas a nivel regional tienen que ver con el desarrollo del fútbol femenino?
Considero  que todo se toca. Al final, las mujeres en Sudamérica están haciendo una revolución bastante importante en todos los aspectos, nos toca hablar de fútbol porque es lo que nos apasiona. Pero considero que sucede en varios aspectos de la vida.  Pero bueno, llevándolo al fútbol, está haciendo un eco muy importante, también lo que genera ese eco es ver cómo la sociedad le da la importancia que tiene el fútbol femenino, llenando estadios y agotando entradas. No es menor que el partido entre Uruguay y Colombia a fin de mes, por fecha FIFA, ya tenga dos tribunas agotadas. Eso es lo que hay que ver, no que el fútbol femenino da pérdidas. Eso es una mentira. Eso no es real y los números lo comprueban.

Antes hablamos de lo que vos aportás como referente y creciste con un padre futbolista, ¿cómo es tu vínculo con él?
Para mí será muy importante entrar el estadio Olimpia, porque en ese estadio mi papá jugó durante un año y entonces me lleva hasta esos momentos, donde me sentaba en las tribunas  a verlo entrenar y cuando terminaba el entrenamiento, bajaba y realizaba ejercicios que habían hecho los jugadores. Ojalá, en el partido contra Deportivo Cali, pudiese tener a mi familia en esa tribuna.  Más allá de eso, mi papá nunca me exigió más de lo que en realidad podría llegar a dar, nunca se metió en mi carrera. Si yo me acercaba, hablábamos. Hoy en día, conversamos muchísimo de fútbol. Termino los partidos y le pido una devolución para ver cómo me vio e intercambiamos opiniones. Tener una persona que conoce y lo vive así, es realmente importante para mí. De chica, como él jugaba de defensor, me daba algunos tips para ver cómo podía encararlo, dependiendo de los posicionamientos y demás. Mi familia en general es muy futbolera, entonces vivía, respiraba fútbol constantemente. Aún hoy, los domingos son de ir a la casa de papá y sentarnos a mirar fútbol, sea lo que sea, pero fútbol. 

¿Cómo sigue tu familia, entonces, los partidos de la Copa?
Siempre miran los partidos. Tengo una cábala que no se rompe nunca y es que mamá siempre me manda un mensaje antes de cada encuentro. Y cuando termino, siempre hablo con papá. Me siento muy respaldada también en ese sentido por mi familia. La última vez mi hermano más chico se puso la camiseta de Nacional y me mandaron fotos del festejo.

Tenés 25 años,ya jugaste un Mundial Sub17, una Copa América, dos Libertadores, te fuiste a jugar a España, ¿qué sueño futbolístico tenés?
Mirá hay algo que  quiero y por lo que trabajo día a día y trabajo día a día y es poder llegar a jugar en una liga de primera división fuera del país.  Quizás en Italia o en otra liga que me dé esa experiencia, ese roce. Me gustaría concretar eso a nivel de exterior. Y, obviamente que después de tantos años, poder volver a la selección, el próximo sueño es poder estar dentro de las jugadoras seleccionadas para la Copa América 2022 y estar luchando para que Uruguay esté dentro de los lugares que merece tener, por la constancia y el nivel de las jugadoras.