Y así llegó el momento de Jorge Carrascal

Jorge Carrascal
Jorge Carrascal / Rodrigo Valle/Getty Images
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"El tren pasa solo una vez", dice un famoso refrán. Esta máxima puede no ser tan estricta en el fútbol, donde los jugadores disponen de más de una posibilidad para escalar en sus carreras, pero bien se puede aplicar a ciertos casos. Y a Jorge Carrascal se le acerca un tren importante a su estación. Está en él subirse o no.

El colombiano es un gran jugador. Cualquiera que vea fútbol sabe que es un distinto, dueño de una técnica exquisita y un talento muy por encima de la media. No por nada llegó a la Argentina con el cartelito de "el Neymar colombiano". Es de esos jugadores capaces de levantar a todo un estadio de sus sillas cuando agarran la pelota, pero a diferencia del verdadero crack que todavía no llegó a ser, también puede volver a sentarlos al diluir la jugada con malas decisiones.

A Jorge Carrascalle llegó su oportunidad
A Jorge Carrascalle llegó su oportunidad / Amilcar Orfali/Getty Images

Es joven, por supuesto. Tiene 22 años y poco más de uno y medio en River sin nunca haber gozado de la continuidad necesaria como para exigirle lo que sí se le puede pedir a otros futbolistas con más rodaje. Sin embargo, el fútbol no suele esperar y mucho menos en un club con la vara tan alta como la tiene el Millo y su DT. Para Jorge ha llegado el momento de demostrar que tiene la personalidad y el fútbol para conducir a un equipo de la jerarquía de River.

Ya sin Quintero vendido a China, con Nacho Fernández lesionado y con Nicolás De La Cruz afectado a las selección uruguaya, Carrascal dispone de una oportunidad especial este sábado ante Godoy Cruz de cargarse el equipo al hombro. De ser él quien maneje los hilos en ataque y de comenzar a dar el salto de un jugador con gran capacidad individual a uno con concepto de equipo. De uno de insinuaciones y ráfagas a uno de 90 minutos. River precisa más que nunca de un enganche creativo, de un cerebro en ataque y Carrascal necesita probar y probarse a sí mismo que es mucho más que firuletes, caños y pisaditas.

¿Se subirá al tren?