Xavi vence, pero no convence
No empezó Xavi de la mejor manera la previa del partido ante el Villarreal, quiso guardarse las espaldas ante la prensa advirtiendo de que iban a jugar en un campo más pequeño y que no estaban acostumbrados a eso. Cosa totalmente errónea, ya que la Cerámica tiene las mismas medidas que el Camp Nou. Pero no solo le fue mal ahí a Xavi.
En lo futbolístico tampoco le fue del todo bien. La primera parte del Villarreal fue un monólogo. Embotellaron al Barcelona en su campo y no consiguieron salir en la primera parte salvo en dos acciones aisladas. El Barcelona achicó aguas como pudo y renunció totalmente a su ideal de juego. La salida de balón del conjunto culé quedó desactivada totalmente por una presión del Villarreal de mucha calidad. Calidad que echó en falta en la finalización de las jugadas...
Un golpe de suerte hizo que el Barcelona se encontrase con el primer gol de rebote. Abde que estuvo toda la primera parte persiguiendo a Pedraza tuvo la opción de encararle y sacar el centro. Jordi Alba en la primera vez que pudo sumarse al ataque con peso recibió el balón de Abde para devolverlo al barullo del área. La fortuna hizo que De Jong pusiera el primero. A partir de ahí el Barcelona desconectó. De ahí que fuese un golpe de suerte lo que le diese el primer gol. El Villarreal volvió a ser el martillo que fue en la primera parte, hasta que Cukwueze puso las tablas en el marcador. Con el Barcelona en la lona el Villarreal no supo rematar el encuentro. Un gol de Memphis en el minuto 88 de partido hizo que el marcador se decantase del lado culé. Esta vez no fue suerte, si no fe. Memphis peleó un balón que le hizo poder llegar al mano a mano con Rulli. Con el Partido sentenciado Foyth cometió un penalti de cadete, que Coutinho se encargaría de transformar.
El Barcelona de Xavi venció, pero no convenció. Lo único positivo que le podemos sacar al Barsa es el acierto en el gol y los tres puntos. Un día más vimos a un equipo sin ideas. Si los jugadores que tienen que dedicarse a poner la calidad en el juego, se dedican a perseguir jugadores del equipo contrario, son señales de que el Barsa no está bien. Al Barcelona le queda un único partido para mejorar antes de la final ante el Bayern.