¿UNA LIGA DE 24 EQUIPOS? | Enrique Bonilla vuelve a demostrar que la Liga MX navega sin brújula
Por Carlos Alberto Pérez García
El fútbol mexicano atraviesa una crisis estructural que empieza a tomar dimensiones más grandes pero que no es nueva, pues a pesar de que tiene una gran cantidad de instituciones sólidas en el máximo circuito, la zona baja siempre ha significado un problema y ahora parece que están dando patadas de desesperado por salvarla.
Los equipos del balompié azteca se han dividido como nunca antes en los últimos 15 años, pues clubes como el Puebla, Atlas, Necaxa, Querétaro e incluso Morelia han estado a la sombra del poderío financiero que tienen Monterrey, Tigres, América, Guadalajara o Cruz Azul y no han sabido implementar un modelo alterno a los dólares para competir con ellos.
A diferencia de Pachuca, Santos, León o Pumas, estos no han podido explotar su cantera ni han invertido lo suficiente en visores para adquirir jugadores de calidad por precios muy bajos, lo que ha llevado a estas instituciones a poner en peligro su existencia, como pasó con Lobos BUAP, Jaguares de Chiapas y Veracruz recientemente.
La crisis institucional de este tipo de equipos impacta en la organización de la Liga MX y esto evidentemente acarrea problemas a nivel administrativo. Por esa razón, los directivos sueñan con poder darle estabilidad a todas las franquicias para hacer crecer en valor toda la competencia, pero sus últimas decisiones parecen estar más orientadas al limbo que a un proyecto establecido hacia el progreso.
Primero optaron por suspender el descenso y ascenso alrededor de 5 años para darle una reestructura total a la segunda división, bajo el nombre de Liga de Desarrollo o de Expansión, pero además de quitar el pilar de la esencia deportiva con el premio al ganador y castigo al perdedor, también impulsaron de un plumazo una posible mediocridad en la primera división con los equipos antes mencionados.
Ahora después de escuchar la sugerencia obvia de la FIFA en reactivar lo más pronto el descenso y ascenso deportivo, Enrique Bonilla ha salido a declarar que uno de los planes para la Liga MX en el corto plazo es expandir la liga a 22 o hasta 24 equipos para el 2022, borrando el último comunicado que emitió la liga respecto a la liga de desarrollo y contradiciendo los planes que se tenían en un principio.
Un campeonato de 24 equipos sería una catástrofe para el sistema de competencia que la liga maneja hoy en día, con dos campeones por año y una liguilla al final de cada torneo. Además de la evidente saturación en el calendario y equipos más orientados a rellenar la liga que a ser protagonistas, surge otro problema que la FIFA también avisó junto a la sugerencia de reactivar el ascenso: resolver la multipropiedad.
El principal mal que tiene el fútbol mexicano es que no hay inversores suficientes en este juego para tener franquicias estables y poderosas, por lo que tuvieron que reactivar la multipropiedad para darle solvencia al tema económico de las instituciones y no estar padeciendo tanto como en años anteriores.
Enrique Bonilla y todo su equipo de trabajo, porque claramente no trabaja solo, se encuentran en un problema que todavía no saca canas verdes, pero que ante sus pobres planes, dan la impresión de estar navegando en aguas desconocidas y sin brújula, pero la verdad es que este tema no es nuevo en el fútbol azteca y continúan pasando los años, pero todavía no descubren el modelo sólido que necesita todo el balompié profesional de México.
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