Un año después la actitud no ha cambiado
Más de un año después de aquella noche fatídica en la que el Barcelona se vio las caras con el Bayern de Munich en los cuartos de final de la Champions League, la actitud del equipo no ha cambiado. Aquella noche, el Barcelona se arrastró por el campo y recibió una de las mayores palizas de la historia de la Champions, mientras que hoy, tal vez porque este Bayern no ha actuado con la misma intensidad y ganas que aquel día o porque realmente se ha defendido algo mejor (principalmente Araújo), solo han caído tres.
La sensación que ha dado el equipo antes del comienzo del encuentro y durante los primeros minutos es que el único objetivo del partido era no acabar como la otra vez con un resultado tan abultado que pasara a la historia de la competición.
En ningún momento del partido se ha podido ver a un Barça con ganas de dar la sorpresa y llevarse los tres puntos. La actitud de equipo perdedor ha sido lo que ha condenado a este Barça que si quiere remontar el vuelo y completar un año decente va a tener que hacer muchos cambios empezando por el técnico.
Laporta no debería permitir que Ronald Koeman siga siendo entrenador del primer equipo del Barcelona ni un segundo más. No respeta ni la filosofía, ni el estilo de juego, ni es capaz de lograr resultados aplicando los suyos propios. Todos los jugadores, una vez que dejan de estar a sus órdenes hablan mal de él y critican sus métodos de enseñanza y entrenamiento. Durante los partidos no suelen mostrar soluciones desde su posición, y es que los cambios da la sensación de que los hace al "tun tun”, sin un objetivo claro que respalde la sustitución.
El Barça va a tener que cambiar mucho si quiere optar a luchar por algún título a nivel nacional. Tanto Real Madrid, como Atlético de Madrid se encuentran actualmente en un escalón por encima, por no nombrar al Villarreal o el Sevilla, que habría que verlo.
El punto a favor para este equipo es que contando con la vuelta de los jugadores lesionados cuenta con una plantilla bastante apta para aspirar por todo. Veremos si el juego del equipo acompaña a esta calidad intrínseca.