¿Tiene la afición del Barça motivos para ilusionarse?
Ilusión tal vez es un término demasiado difuso y que, realmente, no conviene utilizar sin ton ni son. Es cierto que tras el buen partido de anoche comienzan a escucharse ecos y voces de fondo que están empezando a creer en la remontada en Champions. Hay que ser realistas, lo de la liga de campeones pinta bastante mal, que no imposible.
Lo de ayer debe servir para aprender nuevos métodos de cómo hacer daño al rival, es decir, seguir esta línea continuista de buen juego que además acarrea consigo buenos resultados. En este aspecto hay que otorgarle todo el mérito que se merece a Ronald Koeman. El técnico del Barcelona está logrando que su equipo sea capaz de generar peligro a través de diversos sistemas de juego prácticamente opuestos.
Este nuevo carácter polifacético del juego del Barcelona le concede aún más oportunidades de sorprender a cualquier rival. Quién sabe si la noche de ayer, con un poco más de fortuna de cara a puerta, podría haber acabado en goleada histórica. Lo cierto es que el Barcelona podría haberse marchado al descanso con una renta infinitamente mayor.
Lo que podemos afirmar rotundamente es que en pleno marzo el Barça sigue vivo en las tres competiciones: algo complicado en Champions, un reto muy bonito en el campeonato liguero y una final de copa que le enfrentará al Levante o al Athletic club.
En cuanto a la liga, el partido que enfrenta este fin de semana a los dos grandes equipos de Madrid es clave para las aspiraciones del Barça. Una victoria del conjunto blanco dejaría a los colchoneros a cinco puntos a falta del duelo directo entre ambos, es decir, cualquier derrota del equipo de Simeone permitiría al Barça adelantarlo en la clasificación.
Tal vez después de tantos años los culés hayan creado una coraza tan fuerte que lo de ayer no les permita ilusionarse, pero la esperanza es lo último que muere.