Te quiero, Leo
Por Sebastián Ebram
No te conozco pero te quiero mucho, y eso que soy de la generación que sabe lo que es el fútbol sin Messi... Un joven de 20 años no, no lo recuerda, nunca vio este deporte sin que vos seas el dueño.
Me enseñaste a ver el fútbol de otra manera y me hiciste gritar cientos de goles del Barcelona, convirtiéndome en una suerte de hincha culé temporal. Desde aquella vez que apareció tu nombre por primera vez en la tradicional charla futbolera del lunes en la escuela, nunca te perdí el rastro. Tengo firme el recuerdo de Federico, un excompañero y amigo, preguntando si vimos al pibe argentino que jugó ayer con el Barça, "parece que es crack". Tenías razón, Fede.
A partir de ese día mi rutina futbolera dejó de ser River y Boca: me regalaste mi primer viaje a Europa y me involucraste en el fútbol de élite. Me hiciste parar y gritar mi primer gol como 'hincha neutral', allá en 2007 cuando hiciste contra el Getafe esa jugada bien Messiana, corriendo desde mitad de cancha y demostrando que lo tuyo no era una racha, sino que era una era. Ganaste tu primera Champions siendo suplente, la segunda siendo la máxima estrella del mundo, ¡y metiste un gol de cabeza dando un salto torcido para atrás! ¿¡qué te pasa!?... Triplete, sextete, ¡una temporada con 90 goles que ni nos sorprendió! ¿Cuántas pelotas tendrás en tu casa, Leo?
Te voy a estar agradecido toda la vida por regalarme estos años de identificación con el Barcelona. Me hiciste disfrutar, y mucho, y me hace muy bien saber que vas a seguir haciéndome feliz, juegues donde juegues. City, PSG, Inter, Juventus, United o Newell's, no me importa, lo único que quiero es verte disfrutar con la pelota, porque mientras más cómodo estés vos, mejor la paso yo y todos los que amamos el buen fútbol. No se que fue lo que te hizo tomar esta decisión, que estoy seguro que es muy difícil (entiendo que tu familia y vos tienen una linda vida en Cataluña), pero no importa, lo único que quiero es que los Messi Roccuzzo estén bien.
Nunca van a faltar las personas que se sientan autorizadas para juzgarte y opinar sobre tus decisiones, supongo que es el precio que tenés que pagar por tu inmensa popularidad. Espero de todo corazón que no escuches todas esa estupideces, no hay ningún motivo por el que tengas que bancarte a la gente que osa ponerse en tus zapatos y tira el clásico e insoportable "Si yo fuera Messi...", olvidándose que habla de una persona más, que tiene cuatro prioridades en la vida: Antonella, Thiago, Mateo y Ciro.
Leo querido, hacé lo que quieras. Lo único que te pido es que nunca dejes de ser feliz.