SUFICIENTE | Miguel Herrera debe aceptar que hay un problema con los preparadores físicos

Aceptar errores públicamente nunca es sencillo, mucho menos si tu nombre es Miguel Herrera y diriges al equipo más controversial de México. Pero debe llegar el momento de sentarse, reflexionar y solucionar los males que perjudican tu trabajo.

Las lesiones han sido un auténtico dolor de cabeza para el 'Piojo' desde que regresó la Liga MX y el colmo llegó en el Clásico Joven, cuando en una sola noche perdió a tres elementos titulares: Guillermo Ochoa, Emanuel Aguilera y Sebastián Cáceres. Lo peor de esta situación es que los tres se dieron por problemas musculares y las críticas se volcaron a los preparadores físicos del club.

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Al ser cuestionado por este problema en la rueda de prensa posterior, el 'Piojo' estuvo a punto de salirse de sus casillas. Negó cualquier responsabilidad de su equipo de trabajo y culpó a la selección mexicana de las lesiones en el América, sin pensar que 'Memo' Ochoa es el único seleccionado lesionado en su equipo.

Ya basta de excusas, si el América no tiene un severo problema con el tema de las lesiones, entonces es el club con peor suerte del fútbol mexicano, pero en este equipo no se puede dejar el éxito a la fortuna, mucho menos si esa fortuna te está costando 12 lesionados en 12 fechas del campeonato:

Giovani Dos Santos (sobrecarga muscular), Emanuel Aguilera (distensión de ligamentos), Andrés Ibargüen (desgarre muscular), Leo Suárez (sobrecarga muscular), Adrián Goransch (lesión desconocida), Bruno Valdez (ligamento cruzado), Alonso Escoboza (golpe en entrenamiento) Sebastián Cáceres (sobrecarga muscular), Sergio Díaz (lesión muscular), Federico Viñas (esguince de rodilla), Roger Martínez (esguince de tobillo), Guillermo Ochoa (lesión muscular).

Miguel Herrera hace bien en no quemar a su preparador físico más conocido, pero ojalá lo mismo hubiera hecho con Richard Sánchez después de su última expulsión. La ropa sucia se lava en casa y por eso mismo Miguel deberá de solucionar la cuestión de los lesionados con una fuerte plática con sus preparadores físicos, pero que dejé de poner excusas, porque eso no se lo merece la afición.

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