Siempre que Riquelme estuvo en Boca, los escándalos se hicieron dueños del club

Argentinos Juniors v River Plate - Torneo Primera Division 2015
Argentinos Juniors v River Plate - Torneo Primera Division 2015 / Gabriel Rossi/Getty Images
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Es totalmente cierto que Juan Román Riquelme es ídolo de Boca, como así también que su presencia siempre trajo polémicas al club xeneize. Su personalidad, su entorno y su afán de ejecutar tan sólo por los títulos obtenidos como futbolista, ¿le dan crédito e inmunidad política?

Ha ganado una infinidad de títulos internacionales y locales. Su talento como futbolista es indiscutido y fue de los mejores deportistas que el mundo pudo observar a fines de la década de 1990 y comienzos de los 2000. Sin embargo, también es cierto que en más de una oportunidad estuvo inmerso en polémicas y escándalos con diferentes personalidades.

Él es Juan Román Riquelme, el que parece inmune en Boca Juniors y el que llegó a la vicepresidencia 2ª del club de sus amores sólo por lo realizado del lado de adentro de la línea de cal. Ahora (oh, casualidad) nuevamente hay problemas internos en la institución. De un lado están los jugadores, y del otro el Consejo de Fútbol Profesional que es comandado por el mismísimo Torero.

Aquí es donde me pregunto, sin ser hincha de Boca y observando la situación de manera imparcial: ¿no será que Riquelme es el hacedor de los problemas? ¿Por qué siempre que él está dentro de un lugar se generan rispideces? En mi barrio y en la vida existe una premisa muy cierta: si vos estás enemistado con todo el mundo, el problema no es el mundo. El problema sos vos.

Le pasó a Riquelme con Palermo, le ocurrió al mismo Román con Maradona en la selección argentina. Pasó con JRR10 y el ex presidente Daniel Angelici, cuando decidió marcharse del club por diferencias económicas en el club que tanto ama pero por el que no se mostró dispuesto a resignar condiciones que su edad ya no le permitían reclamar.

Juan Román Riquelme, siempre, o en su mayoría, le ha traído problemas y polémica a Boca. Pero, claro, el hincha se queda con los logros, que al fin y al cabo son los más importantes. El tema es que puertas adentro se genera una desestabilización que luego intenta ser apagada cuando la pelota empieza a rodar. Pero mientras más se omitan situaciones incómodas y no logren arreglarse, mayores serán las consecuencias.