Si Zárate no aprovecha las pocas chances que tiene, deberá irse de Boca
Por Franco Formoso
El delantero Mauro Zárate ha vuelto a jugar luego de muchísimo tiempo fuera de los once titulares de Boca. Sin embargo, todo depende de él. Si no demuestra de qué está hecho, Russo no tendrá ningún tipo de problemas en volver a colgarlo.
Mauro Zárate ha transformado su fichaje desde Vélez Sarsfield a Boca Juniors en una auténtica novela. Y de hecho le ha costado tomar esta determinación: en el futuro, observaba cómo su nombre podría haberse catapultado a la gloria xeneize y ni hablar de las chances de selección que podría ostentar.
Nada de eso ocurrió: siempre estuvo por debajo de Darío Benedetto y Ramón Ábila, tanto con Guillermo Barros Schelotto al frente del equipo, como con Gustavo Alfaro y ahora Miguel Ángel Russo. Llama la atención este último, porque es justamente quien supo explotar sus cualidades cuando el delantero apenas era una joven promesa en el equipo de Liniers.
Ante Lanús, Zárate volvió a ser titular y en los primeros minutos se lo vio apático. ¿Falta de ritmo? Tal vez, pero un jugador de su talla no puede olvidarse de jugar. Independientemente de lo ocurrido después, más allá de cerrar una buena performance o no, este jugador sabe que tiene las horas contadas en Boca. En realidad depende de él, claro está.
Si Zárate continúa irregular, no tendrá más minutos de los que tiene y quizá tampoco juegue siquiera ingresando desde el banco de los suplentes. Ahora cuenta con la fortuna de tener al equipo afrontando una doble competencia, y obviamente juega en la que menos importancia se deposita.
Zárate, quien renovó su contrato hace muy poco, está ante la chance de extender sus esperanzas de ser alguien en Boca. O de haber pasado sin pena ni gloria a un equipo por el que dejó caer una idolatría en otro club de la Primera División.