Si pierde contra River, Russo se tiene que ir de Boca
Por Franco Formoso
No hay más tiempo para bancarlo: si pierde contra River, Miguel Ángel Russo debe dejar de ser el entrenador de Boca. El funcionamiento nulo tampoco se acompañará de resultados y le significará otra eliminación ante el equipo de Núñez.
Cuesta explicar cómo es que un entrenador tan querido por los hinchas, habiendo salido campeón de dos torneos locales, siendo el último en ganar la Copa Libertadores allá por el año 2007, esté en la cuerda floja. Y la explicación se encuentra en el flojo funcionamiento que Miguel Ángel Russo le impregna a su equipo. A su Boca.
Es ahí donde entiendo que una relación tan linda como la que tienen Russo y los hinchas de Boca puede tener un distanciamiento, una ruptura para tener lindos recuerdos y no tensar más de la cuerda. Le están agradecidos de por vida, pero hoy ya no le ven los recursos que supo tener tiempo atrás para llevar a Boca a lo más alto.
Se viene el Superclásico con River y ya no hay margen de error: si pierde tendrá que irse, si gana de forma no convincente seguirá en el limbo y parece que no hay nada que logre salvarlo de un limbo constante. Miguel Ángel Russo está en esa dicotomía de tener que darle explicaciones a gente que hizo feliz y que hoy ya no es tan alegre como antes.
Enfrente estará el rival al que más puede temerle: el River de Gallardo en toda su expresión, con un esquema sólido y con una nueva versión que parece meterle miedo a todos los equipos del fútbol argentino. Russo tiene la chance de redimirse o de reconocerle al mundo futbolero lo que en su mayoría piensa: que ya no está capacitado para dirigir a un equipo grande como Boca.