Si la MSG puede sumar minutos en la cancha, el Barcelona será candidato a ganar la Champions League

En el fútbol, como en la vida, la paciencia es un bien tan necesario como escaso. Cuando un entrenador o un jugador llega a un equipo nuevo, paciencia suele ser la palabra más repetida, pero a veces los clubes no se pueden permitir el lujo de esperar a un jugador mucho tiempo y acaban prescindiendo de él. Parecía que en el FC Barcelona iba a pasar eso con Antoine Griezmann pero el francés ha despertado justo a tiempo.

Frente al Villarreal jugó el que ha sido su mejor partido desde que aterrizó en el Camp Nou y mostró la cara alegre que cautivó al barcelonismo cuando jugaba en el Atleti. En el estadio de La Cerámica Griezmann ya no era esa jugador apático que vagaba por el terreno de juego descolocado, que trabajaba en defensa pero en ataque estaba ausente, no. Griezmann volvió a sonreír y no lo hizo sólo, a su lado estaban Leo Messi y Luis Suárez, el tridente que tanto prometía esta temporada pero que por unas u otras circunstancias no terminaba de engrasarse.

Y si con el propio Griezmann hay que tener paciencia para que saque a relucir su talento, con la MSG sucede lo mismo. Suárez y Messi levan muchos años jugando juntos, se entienden a la perfección sobre el terreno de juego y sólo con mirarse ya tiene la jugada dibujada. A esta dupla se le ha añadido un tercer componente de nivel mundial y no todos los jugadores se entienden a la primera en el campo. Si un jugador cuando vuelve de lesión necesita minutos para coger el ritmo de competición, a la MSG también ha que darle continuidad para que sus tres integrantes se acoplen los unos a los otros y puedan entenderse. Casi un año después de su llegada, Griezmann empieza a entenderse con sus compañeros de ataque y lo hace en un momento donde el Barcelona se está jugando LaLiga pero a lo lejos ya se visualiza el partido de vuelta ante el Nápoles.

Si el tridente de ataque del Barcelona está en forma es una gran noticia para los culés, no tanto así para los rivales, y lo único que les hace falta es tener continuidad. Cuantos más minutos tengan juntos más y mejor jugarán y no estamos hablando de tres jugadores cualquiera a los que nunca hay que subestimar. Son tres cracks de primer nivel mundial que si siguen por este camino pueden acabar llevando a su equipo a lo más alto de Europa. Si Messi, prácticamente él sólo, ha conseguido mantener al Barcelona vivo en LaLiga y en octavos de Champions, ahora que sus dos compañeros están con él no hay que descartar a los azulgranas como candidatos al título. Setién ha dado con la tecla y el Barcelona está preparado para dar guerra.

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