Se cumplen 28 años de la primera Copa de Europa del Barcelona que cambió el curso de la historia
Por Manuel Navas
20 de mayo de 1992, estadio de Wembley, Londres. Corría el minuto 112 de la prórroga cuando Ronald Koeman mandaba el balón a la red de la portería defendida por Pagliuca. Un latigazo de falta que cambió la historia del club azulgrana y casi que de todo el fútbol español.
Hasta ese momento, el Barça era un club histórico del fútbol español, los Clásicos con el Real Madrid eran importantes - no como ahora, pero lo eran, - y tenía un buen núcleo de aficionados repartidos por toda la geografía. Pero no era un club con suerte y, desde luego, era un club acomplejado respecto a su eterno rival. Hablamos de que por aquel entonces el Real Madrid tenía ya 25 títulos de Liga y el Barça solo 11, por no hablar de la Copa de Europa, donde el Barça solo sabía, como mucho, el sabor de perder una final.
Pero ese gol y aquel partido lo cambiaron todo. Las buenas decisiones dieron sus frutos y a ese equipo le comenzó a ir todo de cara. A modo de ejemplo, desde el 91 hasta el 94 ganaron cuatro veces La Liga, pero solo una fue sin dramatismo, la primera. Dos veces el Tenerife y otra el penalti parado por José Luis González (Valencia) a Djukic (Deportivo de la Coruña) le dieron el título a Cruyff y sus pupilos. Para ser campeón, a veces no basta con ser el mejor, a veces la suerte te tiene que ir de cara, y ese equipo además de ser muy bueno, estaba tocado por la providencia divina en momentos claves.
Como siempre pasa en el fútbol, todo ciclo tiene su fin y la victoria no es eterna, pero siempre se deja un legado. Aquel gol de Koeman consolidó un legado que aún perdura. Una idea de juego que se elevó hasta la excelencia hace 10 años con las victorias del Barça de Guardiola e incluso de la selección española.
No es el gol más importante del club por el hecho de ganar la primera Copa de Europa, pues después han venido cuatro Champions League más y tan épicos son en las conquistas el gol de Belletti al Arsenal o el de Iniesta al Chelsea. Es el más importante porque a raíz de ese gol vino todo lo demás, fue el punto de inflexión en la historia del club. El Barça aprendió que ellos podían ganar como el que más, con una forma de ver el fútbol única, y de enamorar.
Quizás, de haber ganado aquel día la Sampdoria, al club le hubiera deparado otro futuro. Quizás Cruyff se habría ido antes del club, o Guardiola no habría desarrollado esa mente estratega como jugador y entrenador, o Xavi no habría sido lo que fue, e incluso quizás nunca Iniesta o Messi habrían llegado al club, quien sabe que habría ocurrido. Lo que es seguro es que después de ese gol, junto con otras decisiones brillantes - y sin olvidar que también hubo momentos muy oscuros en estos 28 años - es que el equipo ha sido el dominador en España y ha jugado el mejor fútbol jamás visto.
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