Rezamos porque este no haya sido el último partido de Messi en el Camp Nou
Partido nefasto del Barcelona. Parecía imposible mostrar una peor cara que la de la segunda parte en el Ciutat de Valencia, pero la segunda mitad de hoy ha estado a la altura. Un equipo sin ideas más allá de buscar a Messi y esperar a que el de siempre se saque tres regates de la chistera y adelante a los suyos.
Tras la victoria en la final de la copa del rey, el equipo ha encadenado una serie de partidos a un nivel muy por debajo del mínimo exigido para un club de esa categoría. Los jugadores han sabido durante 20 minutos que un gol les metía en la pelea por la liga y la única ocasión ha sido un tiro de Braithwaite que se ha marchado rozando el poste. En condiciones normales no suele criticarse un tiro que roza el palo, pero es que en esta ocasión era a puerta vacía.
A diferencia de lo que ocurrió frente al Levante o al Granada, en esta ocasión el rival del Barça ni siquiera ha hecho un buen partido. Estamos acostumbrados a un Celta del Chacho Coudet que destaca por una presión alta y asfixiante, que cuando recupera suele ser letal en ataques rápidos y explosivos. Hoy no se ha visto ese Celta y aún así ha sido capaz de doblegar al Barça.
Esperemos que esto no haya sido el último partido de Messi en el Camp Nou. Messi se merece una despedida por todo lo alto con una grada llena vitoreando su nombre, y no con el único ruido de la decepción de acabar una temporada de esta manera.
Hace un mes parecía que Koeman tenía garantizada su continuidad para la temporada que viene, pero los últimos resultados están originando dudas en la mente de los culés. Nadie niega que haya hecho un gran trabajo, pero su falta de soluciones en los momentos importantes han impedido al Barça ganar más de un partido.