¿Realmente importa si Miguel Herrera sea o no americanista?
Por Carlos Alberto Pérez García
La silla del entrenador americanista siempre está en tela de juicio, bajo una lupa absorbente que no hace más que buscar el mínimo detalle para desacreditarlo. ¿Exigencia? ¿Protagonismo? Llámenle como quieran, pero es un hecho que ese puesto siempre está supervisado por medios, aficionados, analistas y ex jugadores.
Miguel Herrera ha sabido lidiar esa suerte con base en resultados y poco a poco se convirtió en el hijo predilecto del americanismo. Miguel le regresó cierta identidad al América y la esencia del club le retribuyó adoptándolo como un águila más. Se potenciaron los valores americanistas que ya portaba con anterioridad, como la soberbia, la verticalidad, intensidad y fortaleza e hizo que su corazón atlantista tomara tintes azulcremas.
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Tras las palabras donde el propio 'Piojo' indica que es más americanista que el 'Negro' Santos, un histórico y multicampeón exfutbolista de las Águilas, surge la duda de si realmente importa que el entrenador del equipo sea americanista. La respuesta desde este punto de vista es sencilla: ¡claro que importa!
No puedes intentar dirigir a un club como el América sin entenderlo ni quererlo. Esa es la principal clave del éxito para Miguel, pues aprendió que los clásicos no se pierden, que cuando se gana hay que presumir, y que el título es el único objetivo cada temporada.
Sus creencias se trasladaron al campo y eso lo tiene hoy como el entrenador más ganador en la historia del club. El técnico con más victorias y empatado en títulos con José Antonio Roca. Una persona que va encaminada a ser leyenda en la institución y que lo ha marcado de por vida.
Pero claro que deben existir matices. Es importante que el director técnico sea americanista siempre y cuando esté dentro del club, porque es ahí donde debe hacer valer la ideología de la institución y qué mejor forma de hacerlo si compartes el palpitar azulcrema.
Los ciclos se cumplen y eventualmente abandonará el club. En ese punto, poco importará lo que dicte su corazón. Podrá dejar de estar igual de vinculado con el equipo, lo amará menos o incluso se dejará de catalogar como americanista, pero es un hecho que el América ya dejó una marca en él y, lo más importante, él ya dejó una marca en el club. Eso es todo lo que importa cuando se habla de fútbol, porque sin importar si fue americanista o no, colaboró para que fuera el equipo más grande de México, algo que debería de unir a toda la familia Águila.
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