¿Qué te pasó Cruz Azul? De lo sublime a los ridículo en 2020
La pregunta es obligada ¿Qué te pasó Cruz Azul? Se que no hay respuesta, que nadie me va a saber decir que es lo que paso en 180 minutos que mandaron al caño una temporada llena de ilusión, otra vez me decepcionaste y para tu buena suerte mi exceso de masoquismo no me permite bajarme del barco porque, aunque sigo sin entender que ocurrió en el Olímpico Universitario y lo de Orlando contra el LAFC, como decía Eduardo Galeano "En su vida un hombre puede cambiar de religión, de mujer o de partido político, pero no puede cambiar de equipo de futbol".
Siempre he dicho que no importa que pierdas, la verdad ya me da lo mismo, pero las formas tienen que importar cuando te haces llamar "equipo grande" y últimamente no has dado señas de serlo, y no solo por las derrotas que has tenido si no por el cómo te han quitado la gloria, cuando perdiste en el 2013 no dolió tanto como en el 2018 donde no metiste ni las manos, todavía recuerdo a Andrés Rentería y como camino durante 20 minutos en la cancha del Estadio Azteca mientras Edson Álvarez hizo lo que quiso.
En dos semanas enseñaste como te mueres de nada, como el prestigio y la reputación de una institución y de los aficionados te importan poco, ya ni siquiera hablemos de tus leyendas porque en el año en el que dos personajes emblemáticos dijeron adiós a este mundo y en el que tenias que mostrar un poquito de gallardía, de amor por la camiseta y sacar el pecho por Don Ignacio Trelles y por Don Gabino Gutiérrez, pero a ustedes les corre "atole por las venas".
No necesito decirlo, ustedes son mas fríos que un par de cubos de hielo en un whisky en las rocas, no sienten los colores, no entienden el dolor del aficionado y no se identifican con los valores de una institución a la que solo le falta dar ese estirón para romper una maldición de más de dos décadas que parecía llegar a su fin donde comenzó, pero preferiste ponerte en ridículo una vez más
A ustedes ya nada los salva, la reestructuración tiene que ser de fondo, sálganse del Azteca, rebajen sus salarios, váyanse a jugar al 10 de diciembre en Pachuca, sientan las raíces de la institución a la que representan, olvídense de los reflectores que así llegue en mismo Pep Guardiola a dirigirlos conseguir el título de Liga es un objetivo inmensamente lejano si continúan con la terrible actitud que han mostrado los últimos 23 años.