¿Qué están esperando para vender a Villa? El jugador se quiere ir y a Boca ya no le sirve en la cancha
Sebastián Villa es un futbolista amado y odiado. Querido y resistido. Aplaudido e insultado. Su facilidad para encarar en velocidad mezclada con su dificultad para definir de forma certera desataron este ida y vuelta de emociones en los fanáticos de Boca Juniors, pero creo que es momento de darle un cierre.
No solamente por sus problemas extrafutbolísticos, que han sido muchos y que lo único que hacen es perjudicar al club "Xeneize", sino especialmente por el propio deseo que tiene el propio futbolista: el colombiano quiere marcharse sí o sí de Boca, no tiene interés en volver a competir por un puesto en el equipo de Miguel Ángel Russo.
¿Sirve tener en la delegación a un futbolista desganado, sin tener la mente en el objetivo común que puede tener una delegación completa? Por más de que pueda servirle futbolísticamente a Russo como recurso, ¿es conveniente contar con alguien que está pidiendo expresamente una transferencia al exterior? Todos coincidimos en que no.
El equipo que lo pretende es el Brujas de Bélgica, que en primera instancia había ofertado cinco millones de euros, número insatisfactorio para la dirigencia "boquense", y que luego mejoró el ofrecimiento a unos 6.7 millones de la misma moneda, también negado por la comitiva azul y oro.
Es el momento idóneo para que acepten el ofrecimiento y Villa deje Boca. Alternó buenas y malas, es cierto, pero sus inconvenientes personales mezclados con sus rendimientos irregulares marcan que es el momento para su fin de ciclo, al menos para este momento. El día de mañana se decidirá si tendrá otra chance, pero ya está.
No le sirve a Villa ni le sirve a Boca, tal como a San Lorenzo no le servía tener a Juan Ramírez cuando el volante se plantó y presionó para desembarcar en el club "Xeneize", algo que se terminó dando en las últimas horas. Libérenlo. Acepten la oferta. No se van a arrepentir.