Primavera madridista en Milán
El Real Madrid viajó a Milán para debutar en la Champions League contra el Inter de Milán. Un partido repleto de promesas y viejas glorias en ambos equipos. Jugadores de mucha calidad y trayectoria a sus espaldas, como los clubes. El parido fue una parte para cada uno, pero el Inter, cuando dominó, no consiguió marcar. El Real Madrid sí lo hizo en la segunda mitad, después de que Ancelotti diera entrada a dos promesas desde el banquillo. Dos primaveras que florecieron el juego del conjunto blanco. Camavinga asistió y Rodrygo Goes marcó.
Camavinga, de 18 años, tocó, se fue y recibió un balón al espacio dentro del área. El centrocampista francés, con la derecha, la puso de primeras al centro del área. Allí, en la frontal del área pequeña, esperaba Rodrygo Goes, 20 años, para rematar con la izquierda un disparo cruzado que Handanovic solo pudo observar, sin posibilidad de parar. Handanovic tiene 37 años, solo un año más que la suma de las edades de los jugadores madridistas que fabricaron el gol de la victoria. Los dos son más jóvenes que todos los jugadores del Inter que pisaron el césped.
En Italia, a las competiciones de promesas y a los equipos filiales se les llama “primavera”, como símbolo de juventud. En España, la edad de los jóvenes puede contarse como primaveras, pues Camavinga solo tiene 18 primaveras. Los dos, juntos, hicieron olvidar a la hinchada blanca que llega el otoño y fueron los pétalos de la flor madridista, la flor que tanto se achacó a Zidane, la flor que simboliza la suerte, la de la victoria y la de tener a jugadores con un futuro tan prometedor como el de los protagonistas del tanto.
El sol brilla en Madrid, en Valdebebas, en la avenida de la Concha Espina y en el territorio europeo, lugar de culto y dominio madridista. La primavera madridista ha alterado la sangre de la Champions League y ha cambiado la hoja de ruta de un partido que, por momentos, se presentó turbio. La primavera cambió el verde por el blanco y suena a Real Madrid, Camavinga y Rodrygo.