Piqué no fue suficiente para evitar la apocalipsis del Barça

Gerard Piqué, FC Barcelona
Gerard Piqué, FC Barcelona / LLUIS GENE/Getty Images
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Gerard Piqué, como todo el barcelonismo, tenía la fecha de ayer marcada en rojo en el calendario. La visita del PSG en Champions era la gran prueba fuego de este equipo que había remontado el vuelo y el central no se lo quería perder. Acortó los plazos hasta colarse en el once y su precipitado regreso quedó empañado por el blanco del conjunto francés. Piqué lideró la zaga como acostumbra, de hecho no hay nadie en el Barcelona que pueda liderarla como él, y demostró que está curtido en mil batallas como esa. El central derrochó fuerza e intensidad pero cuando Mbappé te encara con el balón en los pies hace falta algo más y eso fue lo que le faltó a un Piqué que quedó retratado con el primer gol de los franceses.

Al jugador se le notó que no tenía el ritmo de competición que sólo te lo dan los partidos. Quizá contra un equipo que te exija menos no se le hubiese notado pero las costuras del Barcelona en defensa volvieron a reventar, y no sólo por el lado de Piqué que fue el mejor de los cuatro de atrás, sino por el resto de compañeros. Para llevar meses sin jugar su actuación fue correcta pero sólo la corrección no gana partidos y le faltó esa chispa que irá recuperando con el paso de los partidos. Una bronca a sus compañeros antes de llegar al descanso fue el prólogo de la que le estaba a punto de caer al Barcelona y un resumen del partido de Piqué: mucha intensidad pero falta de ritmo.

Gerard Piqué, FC Barcelona
Gerard Piqué, FC Barcelona / David Ramos/Getty Images

La apuesta de sacar al central de inicio con cinco entrenamientos no le salió muy bien a Koeman. La única parte positiva es que las dudas sobre su regreso fueron despejadas y está para jugar. Pero por lo demás, fue todo una pesadilla. La única forma que encontró de parar a Mbappé fue agarrándole de la camiseta, todo un gesto de lo que fue el partido del Barça. La presencia de Piqué no fue suficiente para contener a las fieras francesas y el Barça con su once de gala, a falta de la reaparición de Ansu Fati, fue goleado en su primer enfrentamiento con un grande. Con Piqué y sin Piqué, este equipo necesita una remodelación en defensa para que la música de la Champions vuelva a ser un canto celestial y no las trompetas del apocalipsis.  


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