Pedri, el heredero natural de la 10 de Messi
Por Joaquín Jary
Entre el fútbol del siglo pasado y éste, el posmoderno, hay ciento de cambios; muchos de ellos resultan de gran utilidad para el fútbol, lo abrazan, lo cuidan y lo hacen amar, pero otros -en cambio- van en contra de las tradiciones que tanto le costó arraigar a la Old School.
Una de ellas, sin dudas, es el respeto al dorsal N°10 ya que -por aquel entonces- lo usaba el jugador distinto de la plantilla, el que merecía acabar en la espalda de decenas fanáticos que tenían la posibilidad de comprarla. Éste -se mantiene hasta la actualidad- era el más vendido y, por ese motivo, no cualquiera podía gozar de este poder.
Esta breve introducción se debe a que Lionel Messi se marchó del Barcelona y el dorsal N°10, que supo enaltecer igual o más que los Maradona, Rivaldo, Ronaldinho, Riquelme, entre otros, quedó vacante. En este caso, por la envergadura del futbolista argentina y el valor simbólico que se encargó de dotarle al número, con goles, asistencias y títulos por doquier.
Paren la pelota y piensen. No tomen la camiseta para tirársela al primero que le vean hacer un pase al compañero o un lujo en reiteradas oportunidades; tampoco al que más seguidores en Instagram ni más espectadores tenga en Twitch, como puede suceder en la actualidad. Tengan cuidado.
Se lo suplico a los directivos del Blaugrana que le obsequien la N°10 a un jugador que pueda respetarla y cuidarla hasta el último día que esté en la institución, y -claro- que por lo menos no se esconda detrás del balón sino que sepa esconderlo y entretener con él en los pies.
Dentro de tanto futbolista vertiginoso y que difícilmente tenga una vida larga en la entidad catalana, Pedri resultaría una buena opción para no retirar el N°10: le gusta jugar a la pelota, tomó valores de Lionel Messi cuando compartieron equipo y es un joven al que seguramente le servirá para crecer. Vamos, dénsela, y que la cuide como le enseñó Lionel.