Otro traspiés de un Barcelona que cada vez cree menos en el milagro de Munich
Otro traspiés de un Barcelona que ha demostrado que no está la altura de las circunstancias. El equipo dirigido por Xavi Hernández no consigue encontrar una vía para lograr buenos resultados, y es que no se ve mejoría respecto al mal encuentro frente al Villarreal que terminó con una victoria por los pequeños detalles.
El miércoles el equipo viajará a Munich para intentar obrar un milagro que cada vez se ve más lejos. A estas alturas se antoja mucho más probable que el Benfica pinche contra los ucranianos, porque el Barcelona necesitaría una sobredosis de moral tras este resultado adverso.
El partido comenzó con un dominio del conjunto culé que practicó un gran fútbol durante los primeros quince minutos del encuentro. Varias faltas que detuvieron considerablemente el partido provocaron que los jugadores del Barça se durmiesen y el resto de la primera parte fuese un bochorno para los espectadores. Soporífero.
La charla del técnico culé en el descanso surtió efecto pues el equipo salió mucho más agresivo y combinando a una velocidad mucho más elevada en las inmediaciones del área rival. La entrada de Ousmane Dembélé fue clave, pues todas las jugadas se volcaron por el costado del francés que cada vez veía el gol más cerca.
Cuando mejor están los culés un contragolpe mal defendido por la defensa terminó con el gol de Juanmi Jiménez que adelantó al conjunto verdiblanco a escasos diez minutos del pitido final. La respuesta por parte del equipo fue nula que volvió a toparse con el muro defensivo andaluz.
Con la liga prácticamente imposible, el Barcelona se juega la gran final de la temporada el próximo miércoles en el estadio más difícil del planeta, con un equipo a medio construir y unas sensaciones que son de todo menos buenas.