Osvaldo Martínez no puede regresar, el América no es ningún club para retirar jugadores

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Dentro del fútbol, los cambios y las evoluciones son tan naturales como necesarios y cada club debe estar en plena disposición de aceptar el cambio para mejorar en el plano deportivo y económico; sin embargo, hay un aspecto que nunca se puede perder en ningún equipo del mundo: la identidad.

El América es uno de esos clubes con una personalidad visible a kilómetros de distancia, con una reputación establecida y una imagen que debe salvaguardar por encima de casi cualquier cosa, pues juntas conforman su identidad como institución, esa que les ha dado el rol de protagonista y antagonista a lo largo de la historia que tanto ama su afición.

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Las últimas declaraciones de Osvaldo Martínez afirmando que le encantaría retirarse en el América recuerdan a las de Rubens Sambueza, quien parece estar haciendo todo lo posible de su parte para unirse a las filas azulcremas y sellar su retiro; pero la suma de estás palabras provocan una reflexión acerca de la nueva imagen de las Águilas.

Entre la nueva política de fichajes del club, priorizando gente joven con deseo de matarse para salir a Europa; más la nueva era de Miguel Herrera con tintes dictatoriales y ciertos amiguismos dentro del equipo (como Paul Aguilar, Mishelle Herrera y Santiago Baños); la imagen del club parece estar distorsionándose un poco.

La grandeza del América no se puede deteriorar, pero sí la accesibilidad con la que un jugador puede llegar al club y eso es algo que no se debe malbaratar. Aunque las llegadas de Federico Viñas y Richard Sánchez han resultado espectaculares, el abuso de esta fórmula provoca que jugadores al borde del retiro vean factible un espacio en el club.

El América no es ningún club para retirar jugadores y el hecho de contar con gente joven dentro de la plantilla o sin tantos reflectores no significa que las Águilas se hayan convertido en un club vendedor ni un espacio para homenajes.

Con el debido respeto para el resto de clubes de la Liga MX que sí lo acostumbren, los homenajes que impliquen sacrificio deportivo sólo confirman que la camiseta se puede abaratar sólo por un buen paso por el equipo.

Ni Rubens Sambueza y mucho menos Osvaldo Martínez se han ganado el derecho a pedir un fichaje para poder retirarse en un club grande, pero este mensaje debe permear desde la cúpula americanista. Desde el dueño, Emilio Azcárraga, hasta el entrenador Miguel Herrera, pasando por el presidente deportivo, Santiago Baños.

El América es un club al que llegas porque eres una estrella y esa debe ser la principal distinción del club al momento de afrontar fichajes.