No quedan dudas de que la ausencia de Ramos ante el Manchester City fue decisiva

Llegaba el Real Madrid al partido de vuelta ante el Manchester City con un resultado adverso del partido de ida (1-2), pero la peor noticia de todas era seguramente que no iba a contar en el césped con su capitán Sergio Ramos.

Y no es que el central fuera a darle él solo la vuelta al marcador, pero desde luego su ausencia en el terreno de juego se notó demasiado. Únicamente hay que ver como ha acabado Ramos la temporada para ver que estaba en plena forma, no solo en el apartado defensivo, sino también colaborando con varios goles importantes, y que su participación era vital si se quería pasar de ronda.

Pero donde se le echó de menos fue atrás. Varane, sin Ramos, es menos Varane. Parece mentira, pues estamos hablando de uno de los mejores centrales del mundo, pero la inseguridad que mostró el francés en el día de ayer es impropia de un jugador que puede presumir de cuatro Champions League y una Copa del Mundo. Es ciencia ficción, pero posiblemente con Ramos, habría cometido el primer fallo, el segundo seguro que no.

No solo falló Varane, en general, fue toda la línea defensiva. A poco que presionaba el City, el equipo blanco se sentía intimidado. Faltaba alguien que tirara del carro e insuflara ese ánimo y ese punto de agresividad que da Ramos en campo. El capitán lo intentó desde la grada - fue al que más se le escuchó por la retransmisión de televisión - pero desde ni de lejos es lo mismo.

Lo peor de todo es que no es la primera vez que el equipo nota la ausencia de su capitán. Ya pasó el año pasado con el Ajax cuando el conjunto holandés remontó la eliminatoria en el Santiago Bernabéu y se ha vuelto a repetir por segundo año. Esperemos, por el bien del equipo, que no haya una tercera ocasión.

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