No es mala leche, pero no tiene control: hay que tener cuidado con Carlos Tevez
Probablemente haya sido la patada más violenta más rápida en la historia del fútbol profesional: cuando apenas corrían tres segundos de partido entre Boca y Talleres, por la tercera fecha de la Copa Liga Profesional, Carlos Tevez le entró muy feo a Tomás Pochettino.
Es cierto que el "Apache" probablemente no haya tenido intenciones de romperlo y menos teniendo en cuenta que apenas estaba comenzando el juego, pero la imprudencia marcaba que debía ver la tarjeta roja e inmediatamente se nos vino el recuerdo de otras patadas inapropiadas que tuvo el astro argentino.
Entonces, la pregunta automáticamente viene a nuestra mente: ¿Es mala leche Tevez? ¿Por qué, siendo delantero y con clara vocación ofensiva tiene tantas patadas en su haber? ¿Por qué nunca lo castigan cómo se merece?
En mi opinión personal, no creo que el "Apache" sea mala leche. No creo que las duras entradas que ha tenido tanto en la jornada de ayer como en las recordadas a Ezequiel Ham de Argentinos Juniors, a Ezequiel Unsain que en ese momento atajaba en Newell's, y mucho menos a Alan Aguerre (también "Leproso") en la fecha pasada haya tenido la intención de ir a romperlos.
Pero sí hay que ponerle un freno. No puede ser que tenga una imprudencia tan grande para haber provocado tantas lesiones graves en futbolistas rivales. Deberá tratarlo con la gente pertinente, pero si bien está en la recta final de su carrera no puede seguir así.
Porque los contrincantes tienen una carrera por delante y es un peligro quedar tan expuesto ante las acciones violentas de "Carlitos". Estoy seguro que no lo hace con mala intención, pero también estoy seguro que muchas veces no se puede controlar, no se puede medir, no puede calibrar la fuerza o la violencia con la que pega.
Es un tema bastante serio y que le puede traer problemas tanto dentro como fuera de la cancha: dentro por limitarlo a demostrar todas sus enormes condiciones después de tener acciones como la de Pochettino en el amanecer de un partido, y fuera por la opinión popular y la de sus rivales. A cuidarse, "Apache", que nosotros lo queremos. Pero quiérase usted también.