Messi está enfocado en la Champions League y va a ser muy difícil plantarse en su camino

Messi fue la estrella contra el Nápoles
Messi fue la estrella contra el Nápoles / LLUIS GENE/Getty Images
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Hace poco más de un año, el Barcelona se presentó en el Camp Nou. La afición vitoreaba al equipo con la ilusión de la temporada que comienza y con la ilusión, por qué no, de conseguir un nuevo triplete. En ese momento de éxtasis, Lionel Messi cogió el micrófono y demostró, una vez más, ser el líder y el ídolo blaugrana. No se arrugó con sus palabras y fue franco, su gran objetivo esta temporada era llevar el título de Champions League a Barcelona. El barcelonismo aplaudió excitado, pero no podían imaginar que todo se iba a precipitar e ir hacia abajo. Sin embargo, el título sigue en juego y la Pulga está dispuesta a cumplir su palabra. Así lo demostró contra el Nápoles.

Aquellos tiempos de ilusión por el nuevo proyecto culé han pasado a mejor vida. Primero fue la irregularidad. Luego llegó la extraña Supercopa de España de Rubiales, los blaugranas cayeron en semifinales con el Atlético de Madrid y Ernesto Valverde se fue por la puerta de atrás. Tras esto, llegó Quique Setién, no se entendió con los jugadores y el equipo cayó en Copa del Rey. Después vino el coronavirus, que suspendió todo y dejó el fútbol en silencio. Regresó el fútbol, pero no el Barcelona, que fue un equipo ausente y regaló la Liga al Real Madrid. Mientras todo esto ocurrió, el globo de la ilusión se fue deshinchando, pero la Champions seguía ahí. Messi no dejaba de pensar en ello e incluso habló del encuentro contra el Nápoles tras un infame partido, afirmó que así no podrían ganarles.

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¡¡Nos vemos en Lisboa!! ???

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El gigante del Camp Nou se había caído, todos le dieron el luto, pero el argentino ha aprovechado el momento para coger impulso, descansar y prepararse para liderar al equipo y cumplir su promesa. Lo demostró ayer en el Camp Nou. Messi se echó al equipo a la espalda, tomó las riendas y lo llevó hasta la victoria. Un golazo, otro tanto anulado y un penalti que trasformó Luis Suárez. Esta situación, sumada al gol de Lenglet, finiquitó el partido. Los culés estarán en Lisboa.

El Barcelona tiene la prueba más difícil. Los culés se enfrentan al gran favorito, la bestia bávara, el Bayern de Múnich. Todas las esperanzas barcelonistas recaen sobre Lionel Messi. Las memorias de la Ciudad Condal recuerdan aquella jugada en la que la estrella dejó sentado sobre el césped a Boateng y fulminó a Neuer. Quieren que esta jugada vuelva a repetirse. El capitán está por la labor y ofrecerá todo su fútbol a su mejor nivel para poder conquistar el título. Messi tiene hambre de Europa.