Coutinho merece un lugar en el once de Koeman
Qué manera de hacer el ridículo en esta Champions. Todo lo que se ha podido dar mal para el FC Barcelona, se ha dado. Goleadas, polémica, un presidente que no se marcha pero busca culpables, el vestuario roto, destitución de entrenador y Coutinho hablando en nombre del karma. Un jugador al que han pateado fuero del Camp Nou y volverá este mes de septiembre al club con la Champions bajo el brazo. Justicia, a ver si así le dan lo que merece que no es más que la oportunidad de demostrar su nivel...
18 partidos, 8 goles y 5 asistencias. Los números de su primer curso en Can Barça. Estadísticas para confiar. Su segundo año, ya entero, no fue igual, es cierto, pero no empeoró cifras de jugadores que siguen en el club y no se van ni con agua caliente. En esta Champions se ha demostrado que el Barcelona va más por nombres que por juego y en esas, llegó un 2-8 con dos goles del brasileño a su equipo. Karma como equilibrio global. Griezmann, que llegó para suplirle, ha conseguido en el doble de partidos los mismos números que el brasileño en su primer año, solo un gol más en 35 partidos de Liga.
Bartomeu, despierta. En esa revolución de la que tanto te gusta hablar tiene que entrar el nombre de Coutinho. No para irse, sino para quedarse y hacer un gran año. 120 millones de euros costó traerle, y no creo que fuesen para estar regalándole a clubes de Europa que ganan Champions. Da que pensar que al club al que se marcha gane lo que tú más deseas. Encima, él, que guarda un enorme respeto por tu entidad, te hace dos goles y no celebra ni un ápice de ellos. Un hombre sin nombre en tu equipo, no por falta de nada, sino por tu gestión.
Ahora llega Koeman que parece que sí cuenta con él. A ver si esta vez, que viene con la Champions en la mano, el Barça le ofrece la oportunidad que merece. "Tengo que volver a Barcelona y tengo muchas ganas de trabajar duro para hacer un gran año la temporada que viene", comentaba el jugador. "Trabajar duro", conceptos que, este año, el Barcelona no ha conocido. Si llega con ganas y hambre de títulos, dejadle jugar.