Mauro Zárate se traicionó a sí mismo: Boca le quedó grande y debe irse

Boca Juniors v Independiente - Superliga 2019/20
Boca Juniors v Independiente - Superliga 2019/20 / Marcelo Endelli/Getty Images
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Por la puerta de atrás. Mauro Zárate se fue de ese modo de Vélez Sarsfield, llegó como una incógnita a Boca Juniors y lo más destacado de su paso por el 'Xeneize' fue un penal que le convirtió justamente al 'Fortín'. Debe irse, Boca le quedó grande.

"De Boca no me voy ni loco", fueron sus palabras hace apenas dos meses. O menos. Mauro Zárate vive de contradicción en contradicción. De traición en traición. Primero a Vélez Sarsfield. Y no por haberse marchado a otro club, está en su derecho. El pecado fue mayor: fue ético. Fue preso de sus palabras, manifestó que jamás se marcharía de Liniers y se fue de la noche a la mañana.

Boca Jrs. v Velez - Copa de la Superliga 2019
Boca Jrs. v Velez - Copa de la Superliga 2019 / Marcelo Endelli/Getty Images

Se traicionó a sí mismo, porque confió en sus capacidades para triunfar en un equipo que nunca le encontró lugar. Ni él lo buscó tampoco. No al menos de manera asidua, siempre tapado por Darío Benedetto y Ramón Ábila. Y cuando el 'Pipa' se marchó y 'Wanchope' parecía no estar en su nivel, llegó Miguel Ángel Russo y colocó a Carlos Tevez en cancha.

Sí, el 'Apache', ese que estaba más cerca del retiro que de continuar en el club azul y oro, le sacó el lugar a un futbolista que el DT conocía de memoria por su paso en Vélez Sarsfield. Ni así pudo triunfar. Se termina el año de contrato y Mauro no llegó a jugar ni el 50% de los minutos en relación a todos los encuentros desde que llegó hasta finales de junio (dos años).

¿Se quedará para seguir siendo el segundo? ¿La alternativa? ¿Un jugador tan ganador mentalmente como él? Se irá por la puerta de atrás, como se fue de Vélez. Como llegó a Boca, y como se marchó de prácticamente todos los equipos en donde jugó. Esta vez no por problemas personales, pero sí por una falta de continuidad que nunca le permitió mostrar por qué llegó al 'Xeneize'.

En realidad, él mismo no se encargó de hacerlo. Jugó 65 partidos a lo largo de dos años y convirtió apenas 17 goles. Perdió todas las series eliminatorias ante River, y allí justamente ni tuvo protagonismo. No fue un error dejarlo afuera, nunca hizo méritos para ser uno de los pilares. Ni de Guillermo, ni de Alfaro, ni de Russo.