LO DEMOSTRÓ CONTRA EL BETIS | Si el Atlético de Madrid quiere, puede

Luis Suárez celebra el segundo gol del Atlético de Madrid al Betis junto a sus compañeros.
Luis Suárez celebra el segundo gol del Atlético de Madrid al Betis junto a sus compañeros. / Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
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Hola, soy Miguel y tengo 26 años. Sí, sé que es raro empezar un artículo con una presentación, esto no es alcohólicos anónimos ni ningún otro grupo de ayuda al que, sin duda, acudiría con Tyler Durden y Marla Singer. He decidido que es importarte deciros mi edad para hablaros sobre ella, cómo el paso del tiempo, pese a la juventud, hace olvidar muchos detalles, pero graba otros a fuego. Hay un recuerdo de cuando todavía era un niño de Primaria que no puedo olvidar. Mi clase, la puerta, un papel con dos frases: “Si crees que puedes, puedes; si piensas que no, tienes razón”.

Tardé años en entender el significado de la afirmación. Siempre pensaba que si podías hacer algo, por mucho que pensaras que no, las facultades estaban ahí y podrías hacerlo de igual modo. Luego entendí la faceta de la motivación. Este papel que yo miraba cuando, cansado de escuchar a la profesora, me abstenía de escuchar y viajaba a los mil y un mundos de mi infancia, es necesario en el vestuario del Atlético de Madrid. Hoy lo han demostrado.

El Atlético de Madrid, sobre todo en la segunda mitad, no ha sido ese equipo rácano al que nos tiene acostumbrados. Ha marcado un gol en el minuto 46 y, en vez de cerrarse, se ha venido arriba. Simeone no ha cambiado delanteros por defensas, sino que ha añadido picante con cada sustitución, ha querido ir a sentenciar. Los jugadores han apretado y han acosado al rival. Algo insólito en los últimos tiempos cholistas.

Gol de Llorente para el Atlético de Madrid contra el Betis
Gol de Llorente para el Atlético de Madrid contra el Betis / Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images

La intención ha dado sus frutos. Ecuador de la segunda mitad, Carrasco gana un balón al espacio y Montoya lo derriba por detrás, en ocasión manifiesta de gol. Expulsado. Superioridad numérica colchonera. Siguiente fruto: Oblak no ha tenido que vestirse de santo. El Atlético pisaba más área rival que la suya propia. Sin el candado, el gol del contrario estaba más lejos que nunca. El último fruto ha llegado en el descuento con el gol de Luis Suárez que ha sentenciado el partido. El asistente ha sido Lodi, que ha salido tras la expulsión para aportar velocidad y generar superioridad en la banda izquierda.

El Atlético de Madrid ha querido, ha pensado que podía y ha tenido razón. El papel que se apoderaba de mi mirada en despistes infinitos ha caído suave y fluido en la mesa del Metropolitano. Ahora, Simeone debe decidir si colgarlo en la pared o hacerlo una pelota, dar unos toques y tirarlo a la papelera. La afición pone las chinchetas.