Las violencias machistas en las canchas de fútbol: repudiable situación en una liga regional argentina

deportivo garmanese contra independencia
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El domingo por la tarde una de las tantas formas de violencias machistas tomó forma de trompada en la mitad de un partido de fútbol. Fue ahí, en el centro de la cancha del encuentro que protagonizaban Deportivo Garmense e Independencia por la tercera división de la Liga Regional de Tres Arroyoos (provincia de Buenos Aires).

Tras tomar una decisión por una falta, la jueza del partido Dalma Cortaldi fue agredida físicamente por la espalda por el jugador Cristian Tirone. La árbitra cayó al piso y los compañeros de equipo y los rivales alejaron al jugador de ella. Cortaldi tuvo que ser atentida en un centro asistencial.

Hoy el foco está puesto en esta situación, sin embargo, hay un entramado detrás de este acontecimiento que no lo hace único si no parte de una estructura de violencias en un sistema heterocispatriarcal.

Lo que sucedió el domingo en las liga regional de Tres Arroyos fue noticia en todos los portales. El jugador fue detenido por lesiones graves y el club Deportivo Garmense lo suspendió de por vida. Sin embargo, más allá de las medidas punitivistas que buscan la sanción, esta situación vuelve a poner en el centro de la escena la necesidad de trabajar en las masculinidades que se ponen en juego en el fútbol. En la idea de masculinidad asociada un tipo de idea de lo que es ser hombre en una cancha. Esa identidad futbolística que se re-afirma degradando y humillando. Esa idea de masculinidad asociada al varón blanco heterosexual es "bien macho", por viril, por fuerte, por imponerse.

El caso nunca es un caso. La situación de violencia siempre es parte de un entramado, si no miremos los números: según un informe de la Coordinadora de Fútbol Feminista, existen al día de la fecha 28 jugadores de fútbol profesionales denunciados por violencia de género desde 2015. Ayer fue Tirone en una cancha, entonces mucho más visible, entonces capturado por cámaras, entonces imposible de pasar inadvertido. Pero fuera de la canchas, hay muchos otros.

Los clubes de fútbol en Argentina han avanzado muchísimo en este sentido en los últimos años.  De los 26 equipos de la liga nacional, 14 tienen un protocolo de acción ante denuncias por violencia de género. El primero fue Vélez Sarsfield, en 2018, por iniciativa de Paula Ojeda, que acaba de ser designada como gerenta del Departamento de Equidad y Género de la Asociación del Fútbol Argentino.

Sin embargo, todavía quedan desafíos, queda preguntas por responderse, por seguir transitando: ¿Es la salida punitivista la estrategia para la transformación? ¿Es el separar al jugador del plantel la solución? ¿Cómo desmontamos, agrietamos, fisuramos estas ideas ¿Cuáles son las herramientas de los clubes? ¿Cuáles son sus responsabilidades?