Las medidas de seguridad exageradas le quitan credibilidad a las autoridades

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FBL-GER-BUNDESLIGA-DORTMUND-SCHALKE / MARTIN MEISSNER/Getty Images
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No os voy a engañar si os digo que ayer, cuando el árbitro pitó el inicio del Dortmund - Schalke, algo en mí se removió. Lo estamos superando. Estamos ganando. Volvió el fútbol, volvieron los goles, volvió el cosquilleo y, como no, volvieron las decisiones sin sentido. Las ligas, la UEFA y la FIFA siempre deciden de cara a la galería. "Prohibido abrazarse en los goles", banquillos con asientos distanciados entre jugadores y equipos que salen y se retiran por separado. Una mentira detrás de otra. No puedes ser tan torpe de oficializar estas medidas porque pierdes credibilidad. En los corners se agarran, en el campo se empujan y al acabar te saludas. Es fútbol.

Borussia Dortmund v FC Schalke 04 - Bundesliga
Borussia Dortmund v FC Schalke 04 - Bundesliga / Pool/Getty Images

Celebraciones donde está prohibido abrazar al compañero, entrenadores que, gracias a Dios que lo cambiaron, debían salir con mascarilla... una detrás de otra para la galería. ¿Qué ha ocurrido al final? que cuando nos sentamos todos a ver el partido nos damos cuenta de la tontería, porque no tiene otro nombre, que se ha decidido. Y ya no solo lo pesamos los espectadores y periodistas, lo piensan los propios jugadores. Esto comentaba ayer Radamel Falcao:

Si ya son los futbolistas los que hablan, igual los de arriba se lo tienen que pensar dos veces. Igual es un intento de lanzar un mensaje al mundo, lo cual me parece estupendo, pero hay otras maneras. Y no enfada al espectador que se tomen estas medidas, lo que le saca de sus casillas es que se demuestra que los que dirigen solo miran hacia su bolsillo y toman decisiones en el campo que no les traigan problemas. De cara a los gobiernos están muy bien estas medidas porque se autoriza el retorno de la competición, pero la realidad es otra. Alemania ha dado el pistoletazo de salida y ha sido, quitando estas medidas, ejemplar. Respeto en el cierre del estadio por parte de los espectadores y de los jugadores a la hora de atender a los medios.

En la nueva normalidad se añade un nuevo fútbol. El de los estadios cerrados, el de la atención a los medios de manera distinta... en definitiva, el de algo distinto en lo que ocurre fuera del campo. Pero dentro no hay nada nuevo. Siguen siendo 11 contra 11 que quieren ganar y ahí no hay distancia de seguridad ni nada más que ganar el partido. Los que mandan que se lo piensen. No es negocio.