Las exigencias de Ilaix Moriba también son culpa del Barça
Por Jose Benitez
Ayer que el Barça había dejado a Ilaix fuera del primer equipo en la concentración de pretemporada debido a que el joven centrocampista había rechazado la oferta de renovación, por no ajustarse a sus exigencias. Ilaix habría pedido 3 millones al año y el Barça, que se encuentra en una situación financiera complicada, habría ofrecido menos.
Esto ha llegado a oídos de otros clubes, como el Manchester United, que habría ofrecido 20 millones sabiendo que el Barça podría verse obligado a aceptar, ya que el año que viene se iría gratis. Ahora mismo, parece que las partes están dispuestas a llegar a un acuerdo, aunque el Barça tiene claro que Ilaix no puede cobrar más que jugadores como Pedri o Araujo, que están asentados incluso en sus selecciones.
En mi opinión, el Barça tiene algo de culpa en las exigencias de sus jugadores. El conjunto blaugrana lleva años expoliando jugadores de todas las canteras de España y parte del mundo, no solo con la promesa de llegar a un buen club, si no cobrando cantidades millonarias para un filial. Esto provoca una expectativas en los jugadores difíciles de cumplir, sobre todo en tiempos de crisis como este, por lo que el Barça debe cambiar de política y establecer unos criterios salariales en su cantera más ajustados a la realidad del fútbol.
Por otra parte, Ilaix parece haberse dejado contaminar por su entorno, sobre todo el de su representante. A la edad del jugador de origen guineano, los futbolistas deberían estar más preocupados de asentarse en la élite, que del dinero, ya que lo segundo viene ligado con lo primero. Es cierto que el jugador promete ser una estrella, pero no sería el primer caso ni el último en el que se queda en eso. Sería muy comprensible la intención de no renovar por el Barça, si se debiera a una falta de oportunidades en el primer equipo, pero esto no es así. El Barça ha demostrado esta temporada ser el club ideal para jóvenes promesas, incluso el propio Ilaix ha disfrutado de muchos minutos en La Liga pese a su precocidad. El fútbol parece haber cogido dimensiones peligrosas, y harían bien todos los organismos y los propios futbolistas, en implantar el sentido común de nuevo.